La fuerte subida de la inflación se debe fundamentalmente al alza de los precios energéticos, especialmente los carburantes, gas y electricidad, que llevan varias semanas con aumentos continuados y excesivos, aspecto este que es muy negativo para la actividad de las empresas, que soportan los costes energéticos más elevados en Europa. Las administraciones públicas deberían poner freno a

unos precios de las gasolinas y de la factura eléctrica que terminarán asfixiando a los pequeños negocios.

Además, en una situación de incertidumbre económica, inseguridad jurídica provocada por la presión fiscal , con reformas pendientes, subidas de impuestos y unos costes energéticos que probablemente seguirán al alza, la consolidación de la recuperación económica y del empleo será un reto muy difícil de cumplir.

Es urgente el apoyo a la empresa y al autónomo con medidas eficaces, reduciendo la presión fiscal que sufren, bajando las cotizaciones sociales, facilitando el acceso a una financiación más barata, potenciando un consumo todavía muy débil y seguir realizando reformas que agilicen la actividad económica con menos trabas y burocracia, más apoyo a la contratación y apostando por la internacionalización y la innovación de las empresas.