Un dinero extra para la pensión

Hipoteca inversa. Este producto permite tener beneficios con la vivienda sin perder su propiedad ni dejar de ocuparla.
Los mayores de 65 años son los candidatos a firmar esta hipoteca.
Los mayores de 65 años son los candidatos a firmar esta hipoteca.
Los mayores de 65 años son los candidatos a firmar esta hipoteca.

La casa a cambio de una renta vitalicia es lo que algunos bancos están proponiendo ya a muchos jubilados españoles, un colectivo preocupado por la escasa cuantía de las pensiones y que, sin embargo, suele contar con un patrimonio inmobiliario suficiente –que en la mayoría de los casos no puede rentabilizar–. Ahora ya puede convertirlo en dinero suscribiendo una hipoteca inversa.

Este producto consiste en un crédito en el que el cliente no tiene que pagar, sino que recibe una renta vitalicia por parte de la entidad bancaria. Su importe no es el mismo en todos los casos, depende del valor de tasación de la casa y de la edad del titular en el momento en que se formaliza el contrato. De esa cuota hay que descontar los gastos de gestión del crédito.

Para beneficiarse de una hipoteca inversa hay que ser mayor de 65 años, propietario de una vivienda y no tener firmado ningún otro crédito hipotecario.

Disfrute de por vida

El titular podrá disfrutar de su casa hasta el día de su muerte, incluso si la suma de las cuotas pagadas hasta ese momento es superior al valor de tasación de la vivienda. Cuando fallece, serán los herederos los que tengan que hacer frente a la deuda contraída, más los intereses acumulados, que suelen estar en torno al 5% del dinero prestado.

Los beneficiarios de la herencia deberán decidir, en el plazo máximo de un año, qué hacer con la vivienda. Tienen dos posibilidades: vender la casa y liquidar el préstamo con el dinero obtenido con la operación o quedarse con ella, pagando la totalidad de la deuda o formalizando una nueva hipoteca. Si el titular no tiene herederos, la propiedad de la casa pasa directamente al banco.

Las residencias se apuntan

No sólo los bancos han visto negocio en las personas mayores, también muchas residencias privadas para la tercera edad llevan a cabo una práctica parecida. Ofrecen cuidados en sus centros hasta el fallecimiento del interno a cambio de quedarse con la titularidad de su casa. En esos casos, el anciano pierde la propiedad de la vivienda, algo que no ocurre con la hipoteca inversa.

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