La consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, ha señalado este miércoles que "la reutilización de aguas residuales adecuadamente depuradas y el uso del agua desalada son herramientas claves para cuadrar las cuentas hídricas".

Así se ha pronunciado la consellera al inaugurar el XI Congreso Internacional de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (ADEyR), que por primera vez se celebra en Valencia. Allí ha dicho que el Consell tiene claro que "la desalación y la reutilización, junto con la mitigación y la adaptación al cambio climático forman parte del mismo abanico de soluciones sobre las que un gobierno responsable debe de trabajar".

Cebrián ha destacado el potencial por desarrollar del binomio agua-energía en el eje de la lucha contra el cambio climático, aunque ha reconocido que "es el coste, asociado al uso de la energía necesaria para desalar el agua, lo que todavía hace que esta tecnología no esté suficientemente implantada".

No obstante, ha aseverado que "la arquitectura de los procesos, el uso de nuevas membranas y equipos más eficientes, junto con el papel que pueden aportar las fuentes de energía renovables, auguran un futuro prometedor a esta tecnología en los próximos años".

La consellera ha subrayado que "no es casualidad" que Valencia esté albergando estas últimas semanas varios eventos relevantes relacionados con el agua, como el de la Fundación Nueva Cultura del Agua o la Comisión Intermediterranea (CIM) de la Conferencia de Regiones Periféricas Marítimas.

"Algo está cambiando en Valencia también en relación con las políticas de aguas, tan manipuladas y utilizadas en el pasado y tan necesitadas de racionalidad, sensibilidad, diálogo, conocimiento y mirada larga". Por eso, ha añadido: "Hemos comenzado cambiando el discurso y orillando enfrentamientos".

ADAPTARSE A UN ESCENARIO "ALARMANTE"

Ha señalado que "el escenario futuro que nos muestran los especialistas es alarmante, especialmente en el área mediterránea", y hay que estar "preparados y adaptarse a esta nueva realidad". A su juicio, la "más que necesaria" eficiencia en el uso de los recursos, el ahorro con la modernización de los sistemas de regadío y mejora del rendimiento de las infraestructuras de abastecimiento urbano "no va a ser suficiente para evitar la escasez que ya se manifiestan en las cuencas hidrológicas del Sudeste español".

En este contexto, "los recursos no convencionales, la reutilización de las aguas residuales convenientemente depuradas y el uso del agua desalada de mar son herramientas claves para cuadrar las cuentas hídricas", ha defendido, ya que su mejor aprovechamiento puede contribuir de manera destacada "a alcanzar la sostenibilidad y suplir los menguantes recursos naturales".