Llegamos a La juguetería (tienda de utensilios sexuales) y Nuria nos enseña un guante masajeador que le ha encantado.

En la vida pensé reunirme con usted en un sitio como este, y menos para que nos presentara un libro de sexo.

Ya ves, no conocíais esa faceta mía. Este libro lleva pequeñas historias contadas en primera persona donde se habla de la diversidad del sexo.

Lo bueno es que siendo usted la autora, hasta a mi madre le apetecerá leerlo.

Eso es lo que pretendo, que sea para todos los públicos. Mi padre se lo ha leído de cabo a rabo y le ha encantado.

¿No le ha dado reparo que lo leyera su padre?

No porque no he hecho nada que el no hubiese hecho mucho antes.

¿Cómo reaccionará la gente al verla hablar de sexo?

Los que me conocen no se sorprenderán, y los que no conocían esta faceta mía, espero caerles bien.

Dejémonos de tonterías y hablemos de sexo.

¡Eso está bien!

En el libro dice que de pequeña era fea y le escupía a los niños.

Eso es una metáfora para la presentación.

¿Le sigue gustando escupir?

No me gusta escupir, eso está muy feo.

¿Y que le escupan?

(Carcajada) Así ahora, no, la verdad. Pero a quien le guste que lo haga porque en eso consiste el sexo, en consenso y disfrute.

Usted eso de la fidelidad como lo ve...

La fidelidad es algo antinatural y no favorece a las parejas.

¿Se aplica usted el cuento?

Digamos que hablo de ese tema con mi marido con total naturalidad.

¿Qué cosas hace usted para no perder la pasión con el padre de sus hijos?

Usar baños distintos. Así no cotidianizamos el vernos desnudos y cuando nos descubrimos, no da más emoción.

¿Qué se ha comprado en La juguetería?

Hace mucho que vengo por aquí, pero lo último ha sido un gel de frío calor que es maravilloso.