Los festivales de cine, desde su misma primera jornada, siempre lo ponen difícil para elegir y cuadrar horarios entre las distintas posibilidades. El de Sitges, el Festival Internacional de Cinema de Catalunya, aún un poco más entre una abarrotada programación que incluye tanto películas como, sobre todo en esta edición, la número 49, eventos y actividades paralelas. Pero si en algo destacan precisamente un primer día es en su inauguración, con la películas de la gala de apertura, este año Inside de Miguel Ángel Vivas, y el homenaje al mítico Max Von Sydow.

Con producción catalana y vocación internacional, Inside es todo un misterio, aunque relativo. Se trata de un estreno mundial, aunque los seguidores del género conocen sobradamente que es el remake de la francesa A l'intérieur (2007), una propuesta que logró convencer cuando en su momento se proyectó también en el Festival de Sitges y ante la que cabía hacerse una pregunta, ¿cómo es posible que una película con prácticamente solo dos protagonistas, y uno de ellas embarazada, lograra mostrar tantos litros de sangre en pantalla?

À l'intérieur es ya un clásico moderno del cine gore. En cuanto a Inside, tanto su director como una de las actrices, Rachel Nichols estarán allí para apoyar su trabajo. Además, la presencia de Nichols coincide, aunque sea de manera fortuita, con el homenaje que le dedica el certamen al 50 aniversario de Star Trek. Ella tuvo un breve papel interpretando a Gaila, la chica verde que seducía a un joven capitán Kirk en una de las escenas, en el Star Trek dirigió J.J. Abrams en 2009.

Sobre el actor sueco Max Von Sydow recordar que, a sus 87 años, es una leyenda viviente del séptimo arte. El que fuera el actor fetiche de Ingmar Bergman, o el Padre Merrin en El exorcista y secuela, ha sabido adaptarse del cine europeo o de autor a las propuestas más comerciales. Participación de lujo en Star Wars: El despertar de la fuerza o encarnando al Cuervo de Tres Ojos en la sexta temporada de Juego de tronos. En un premio que pocas veces fue tan merecido, se le entregará La màquina del temps como reconocimiento a toda su carrera.

Dos largometrajes surcoreanos se disponen a subir el listón. Train to Busan es una de zombis, pero no una cualquiera. Allí, en su país, ha sido un taquillazo descomunal —con más de 80 millones de dólares recaudados—, acompañado de muy buenas reseñas. Estupendas sensaciones ha dejado también Age of Shadows, dirigida por Kim Jee-woon, a su paso por otros festivales esta intriga de espionaje, ambientada en los años de la Segunda Guerra Mundial. Es la candidata por Corea del Sur para la categoría de mejor película en habla no inglesa de la próxima edición de los Oscar.

Y en este primer fin de semana más títulos que prometen. Colossal de Nacho Vigalondo, La próxima piel de Isaki Lacuesta e Isa Campo o Proyecto Lázaro de Mateo Gil entre las españolas; las norteamericanas La autopsia de Jane Doe, Safe Neighborhood, Hell or High Water o Melanie. The Girl with All the Gifts —otra de zombis, en coproducción con Reino Unido—; el retorno de uno de los grandes monstruos emblemáticos en Shin Godzilla o la proyección especial de Aliens ante el 30 aniversario de su estreno.

No pasará por alto que entre algunas de los largometrajes más destacados que podrán verse entre este viernes y hasta la clausura, el sábado 15, en Sitges están dirigidos por mujeres. The Love Witch de Anna Biller nos devuelve el encanto, pero con más picardía, de antiguas series televisivas de los 60 como Embrujada; y The Lure es un extraño musical con sirenas que ya le ha valido a su directora, la polaca Agnieszka Smoczynska, algún reconocimiento.

Habrá que esperar a las últimas jornadas, pero la británica Alice Lowe se atreve en Prevenge con la historia de una embarazada que se convierte en una asesina en serie por "orden" de su bebé aún no nacido; y todavía más extrema se vislumbra la francesa Julia Ducournau con Grave (Crudo) mostrando una escena de canibalismo que llegó a impactar en Toronto, provocando más de un desmayo. Aquí en Sitges seguramente los estómagos estarán más preparados, para esto y para litros y litros de sangre en la ficción de la gran pantalla.