La modelo Kim Kardashian ha tenido tiempo después del gran susto de este lunes, cuando asaltaron el apartamento que ocupaba en París durante la Semana de la Moda de la ciudad, de contar cómo fue el incidente, que apenas duró seis minutos, según ha publicado la web TMZ.

Al parecer, Kardashian estaba en la cama en el momento en el que entraron los atracadores, que la ordenaron salir de la misma, a la vez que le arrebataban el teléfono móvil con el que la modelo trataba de llamar a su guardaespaldas.

A continuación le ataron las muñecas con cinta adhesiva y la agarraron por los tobillos, momento en que la modelo ha asegurado que pensó que iban a violarla. Sin embargo sólo querían atarle también las piernas. La modelo aseguró que los atracadores no hablaban inglés, a pesar de lo cual les rogó que "no la mataran porque tenía bebés de los que cuidar".

Los atracadores, sin embargo, sí sabían una palabra: "ring", anillo en inglés, y la modelo supo que buscaban el anillo que su marido, Kanye West, le había regalado para pedirle matrimonio y que tiene un coste de unos 3 millones de euros, debido al diamante que lleva, de unos 15 quilates. Kim Kardashian aseguró a la policía que les dijo dónde estaba.

Los atracadores taparon también la boca de la modelo y siguieron con el robo, mientras que en el piso de abajo una amiga de Kardashian oyó lo que ocurría y llamó al guardaespaldas, que sin embargo llegó apenas dos minutos después de que los asaltantes se hubieran ido, usando motos en su huida y dejando a la modelo dentro de una bañera.

El valor total de lo robado podría rondar los 16 millones de euros, entre ellos 9 millones sólo en joyería, que tal y como sospecha la policía francesa, pudieron haber visto en las redes sociales de Kim Kardashian, que había subido diversas fotos mostrando sus posesiones. De hecho, hace tan sólo cuatro días (tres antes del robo) había subido una imagen a Instagram con un primer plano del anillo con el diamante.