Rafael Amargo: "He aprendido a quererme y he superado miedos grandes de años de excesos"

  • "Elevar lo esperpéntico o ridículo que uno tenga a la categoría de arte es lo que más me gusta", dice el bailaor que acaba de estrenar 'Tiempo Muerto 2'.
  • "He superado miedos muy grandes, como la soledad".
  • "He aprendido que dentro del silencio hay cosas maravillosas".
Rafael Amargo durante una entrevista para 20minutos.
Rafael Amargo durante una entrevista para 20minutos.
JORGE PARÍS
Rafael Amargo durante una entrevista para 20minutos.

El bailaor retoma su Tiempo Muerto una década después y le añade un 2, continúa así lo que él mismo llama "la saga". El flamenco, la copla y los ritmos callejeros se mezclan (no le gusta al artista la palabra fusión) en el montaje que sube Rafael Amargo al madrileño Teatro La Latina.

Es tal la seguridad que tiene que es capaz de darnos una entrevista media hora antes de que empiece el espectáculo. Le avisan en un par de ocasiones del tiempo que queda para que arranque el show pero Rafael hasta que no termina de responder no sale a escena.

"Ante el espíritu de Lina Morgan, el artista se refresca (se rocía la cara con un spray de colonia). Y los dos tenemos mucho en común: somos dos personas con mucha raza y mucha gracia en un mismo teatro...", dice mientras posa ante el fotógrafo adoptando tono de periodista televisivo y con movimientos que dejan al descubierto buena parte de sus tatuajes.

¿Cuál es el último tatuaje que se ha hecho?

Me hice uno para taparme un nombre.

¿Le trajo mala suerte?

No, es que nada es eterno y ese nombre tenía que taparlo, y como mientras haya tinta hay vida, pues me hice otro.

Y ya que estamos con el azar, ¿tiene usted manías, rituales o algún gesto que crea que le da buena suerte?

Pues mira hay dos colores que en el teatro siempre se han asociado a la mala suerte, el morado y el amarillo, y yo los uso mucho en mis espectáculos. Pero otras cosas como pasarse la sal en la mesa o pasar por debajo de una escalera, eso sí me da cosa. Lo evito, pero nada más.

¿Ritual?

No tengo pero este año he empezado con el tema espiritual y las clases de yoga y estoy enganchado al yoga, llevo desde enero, y si no doy al menos dos clases a la semana, no estoy bien.

¿Da temor volver a Tiempo muerto, un espectáculo que tuvo tanto éxito hace diez años?

Hay que seguir las sagas cuando tienen tanto éxito. Hay que seguirlas y mi coreógrafo ya va como Torrente. Dani Pannullo es un gran corógrafo con el que he aprendido en este tiempo muerto todas las danzas urbanas, que es el valor añadido.

¿Añadir mejor que fusionar?

Sí, porque es que a mí la palabra fusión me lleva a la confusión. Me gusta lo puro que se hace, la fusión es un batiburrillo y una confusión que no me gusta nada. Este Tiempo Muerto 2 es un espectáculo al que se le añade la copla y la danza urbana.

¿Difícil?

Difícil no hay nada.

Pues no me dirá que ha sido fácil...

No es que haya sido fácil, es que si tú haces un arte puro, los artes tienen una comunión natural.

¿Cómo se hace esa comunión?

Ese es el talento de un coreógrafo, hacerlo para que no sea un pego, sentido común.

¿Y el suyo?

Mi talento sería el eclecticismo. La prensa siempre me llama el bailaor ecléctico.

¿Y no le cansa la palabra? La hemos usado ya mucho... Deme usted otra.

Pues a mí como artista me gusta y me define mucho la dirección. Lo que más me gusta es ver el potencial que tiene cada artista y trabajarlo sin miedo, sin vergüenza y trabajarlo sobre todo elevando lo esperpéntico o ridículo que uno tenga a la categoría de arte.  Tienes que confiar mucho en la dirección para eso. Por ejemplo yo te digo: déjame que hagas este número que te va a salir bien, y tú me dices que no; y yo sigo hasta que lo logro. También es difícil cuando digo: desnúdate de cuerpo y alma.

¿Es una de las cosas que más cuesta?

El desnudo da mucho temor, también bailar sin música, bailar el silencio da mucho miedo, porque el silencio es muy doloroso. Y bailar la palabra también cuesta.

¿Qué ha superado usted?

Yo he superado miedos muy grandes porque he vivido en un mundo de excesos unos años, y me daba miedo estar solo en mi casa. Tenía que estar siempre con ruido y en constante ruido. He aprendido con yoga que dentro de la soledad y el silencio hay cosas maravillosas... Y he aprendido a quererme y también a creer mucho más en Dios. Me he hecho mucho más creyente.

¿Cómo?

A través del yoga he empezado a conocer un dios que no es el de la leyenda. Se trata de tener fe, da igual el dios, es fe y hay que tener fe en que todo se puede y no estar ahí como dándote todo igual, no se puede ser tan desahogado de que todo te dé igual en la vida.

Tampoco se puede ser muy temeroso, ¿no le parece?

No, miedos no, no sirven para nada, hay que ser valiente.

¿De qué es de lo que se siente Rafael Amargo más orgulloso, de ser valiente?

Yo de lo que más orgulloso me siento es de poder dar de comer a los míos todos los meses, a una familia tan grande como la que tengo, ser patriarca.

Y sin renunciar a su pasión, porque podría usted dar de comer con un trabajo que no le gustara o llenara...

Sí, claro, pero es con la pasión. Y ya estoy buscando nuevas pasiones, porque en cuanto una se convierte en rutina ya no es pasión. Mira, ¿ves el dedo cómo lo tengo de morado? Es que estoy bailando con el dedo meñique roto. Duermo en un tatami en el suelo y me llevé el dedo con un filo. YT está artido.

¿Qué más lesiones tiene?

Mientras no sean del corazón... Mira a mí lo que me gustaría es que mi próxima cicatriz llevara tu nombre. La última mujer que me hizo una entrevista se me quedó un par de años, mira lo que te digo.

Un miedo confesable...

El miedo a salir todos los días a un escenario, que es un miedo muy confesable y necesario .

¿Hay mucho tiempo muerto en su vida?

Mi tiempo muerto es el que dedico a crear. Es como en el basket, que en este tiempo muerto lo que haces es pensar la jugada siguiente. Pues eso hago yo.

¿Algo con lo que aún no se haya atrevido?

Pocas cosas se me han quedado en el cajón. Yo no soy de lo que dicen que tienen un proyecto y así se pasan la vida. Tengo muchos amigos que así están siempre, con proyectos que no hacen, se dispersan y nada. Yo los suelo hacer. Ahora mismo estoy preparando otro estreno, otra película. Y me encantaría hacer una tragedia griega, un Edipo, Fedra o Prometeo.

¿Tiene claro lo que no haría?

Bailar un discurso de un político. Nunca le bailaría el discurso a un político.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento