Para refugiarse de los rigores del calor en verano, los madrileños no solo acuden a las piscinas. Tradicionalmente, ríos y embalses han sido muy frecuentados por los ciudadanos de la región. Sin embargo, este verano sus opciones se han reducido: cuentan con una zona de baño menos autorizada por la Comunidad de Madrid que en años anteriores. Y es que a principios de junio entró en vigor la normativa que impedía bañarse en la Charca Verde del parque de La Pedriza (Manzanares el Real), una de los lugares permitidos hasta ahora.

Hasta el mes pasado estaba permitido bañarse en La Pedriza, pero la basura hallada en la zona durante últimos años en verano ha obligado a la administración autonómica a tomar esta decisión. "El objetivo es preservar La Pedriza y mejorar la calidad de la estancia de las personas. Tenemos que respetar nuestro río que empezaba a estar degradado por la culpa de algunas personas que no lo utilizaban de manera adecuada, incluso hacían pozas que cortaba el curso natural del río", ha asegurado el consejero de Medio Ambiente, Jaime González Taboada.

Para impedirlo, Policía Local, Guardia Civil y agentes forestales han intensificado la vigilancias en la zona en las últimas semanas, lo que se ha traducido en una decena de denuncias. Las multas para los infractores puede llegar hasta los 3.000 euros. La norma también limita a 270 el acceso de vehículos al recinto (antes podrían entrar hasta 370 coches).

De esta forma, según ha informado el Gobierno regional en su página web, solo está autorizado el baño en cinco zonas: Las Presillas (Rascafría), Los Villares (Estremera), el Embalse de San Juan y sus dos puntos de recreo de Virgen de la Nueva y El Muro (San Martín de Valdeiglesias) y Playa de Alberche (Aldea del Fresno). Estos espacios cuentan con el reconocimiento oficial de zonas naturales aptas para el baño conforme a los análisis que efectúa la Consejería de Sanidad, que acreditan su condición de alta salubridad y seguridad. 

Sin embargo, desde Ecologistas en Acción denuncian que el Embalse de San Juan y la Playa de Alberche se han convertido en un vertedero. "Son zonas que están saturadas por la gente, sobre todo los fines de semana, y que no cuentan con los recursos necesarios para mantenerse en buenas condiciones", explican desde este colectivo defensor del medio ambiente, que ha mostrado su preocupación especialmente por la situación del Embalse de San Juan: "El agua de San Juan está destinada al consumo y, sin embargo, se permite el uso de barcas a motor, que desprenden aceite".

Más preocupante es el panorama en más de una veintena de zonas naturales de baño habituales de la región. En estos espacios, ni la Comunidad de Madrid ni los Ayuntamientos competentes realizan ningún tipo de control sanitario de las aguas, por lo que está prohibido por ley. La ley autonómica de Protección de Embalses y Zonas Húmedas considera una infracción leve "bañarse en las aguas fuera de los lugares habilitados". Según fuentes de los forestales, la sanción es de 300 euros, aunque en la mayoría de los casos queda en una simple advertencia.

Entre las pozas naturales cuyas aguas presentan condiciones de higiene más adversas se encuentran el embalse de Picadas y el de El Atazar, con una capacidad de 425 millones de m³, lo que supone el 45% del total del agua embalsada por el Canal de Isabel II. Otro punto tradicional de baño no apto es el río Tajo, que cuenta con varios lugares frecuentados por bañistas como El Castillo, La Isla, La Pavera (Aranjuez), La Tejera (Fuentidueña de Tajo), Los Chorros o Playa de Estremera (Estremera). También hay bañistas ocasionales en el Jarama, a la altura de Puebla de la Sierra, Torremocha y Talamanca; en el río Guadarrama, en El Molino, o Las Becerras (Cercedilla), entre otros. Por otra parte, otras zonas de baño son inseguras debido a las fuertes corrientes que se originan en determinados puntos, como ocurre en el Jarama a la altura de Patones. También hay problemas con la seguridad en la Lancha del Yelmo y La Veguilla (San Martín de Valdeiglesias).

Las aguas de baño está reguladas por la Unión Europea desde la década de los ochenta, aunque la normativa vigente es la Directiva 2006/7/CE del Parlamento Europeo. Atendiendo a las directrices europeas, para calificar una zona de baño natural como tal, debe contar con buena calidad del agua y afluencia de bañistas, y estar dotada de instalaciones como fuentes de agua de consumo, servicios higiénicos y de recogida de residuos. Cada año, la Consejería de Sanidad procede a su calificación en función de los muestreos realizados, que remite al Ministerio de Sanidad, y éste a su vez, a la Comisión Europea. El Ministerio cuenta con un Sistema de Información nacional de Aguas de Baño (Náyade) como herramienta informática para la gestión en información de la calidad del agua en las comunidades autónomas y demás organismos.