El hijo del matrimonio de Catarroja cuyos cuerpos degollados fueron descubiertos el pasado domingo y que fue detenido como presunto autor de las muertes violentas, ha pasado a disposición judicial, según confirmaron fuentes de la Guardia Civil.

La detención del joven se produjo el lunes día 17, después de los testimonios de vecinos y familiares y una inspección exhaustiva de la vivienda de la pareja, donde se hallaron los cadáveres.

Según el relato de una vecina, el hijo del matrimonio fue en busca de una tía suya para que le abriera la puerta de su casa tras venir de fiesta y fue entonces cuando encontraron los cadáveres.

Al parecer, la investigación apunta a que el hombre y la mujer no murieron al mismo tiempo, sino con una diferencia de dos horas, según los resultados de la autopsia practicada a los fallecidos.

La Guardia Civil considera la posibilidad de que el hombre fuera agredido en primer lugar y, unas dos horas más tarde, se produjera la muerte de la mujer.

Pagó un granizado antes de hallar degollados a sus padres

El propietario de la heladería donde el domingo por la mañana entró el hijo del matrimonio de Catarroja, cuyos cadáveres fueron descubiertos minutos después, aseguró hoy que el joven, que se encontraba "normal" y no mostraba signos de alteración, le dijo que "venía de fiesta y que necesitaba azúcar".

José Luis Batán explicó que el chico, que fue detenido por la Guardia Civil como presunto autor de las muertes violentas de sus padres, entró en su establecimiento "sobre las 10.15 o 10.20" del pasado domingo, le pidió un granizado, lo pagó y se fue.

El dueño de la heladería señaló que, al parecer, el joven "no podía entrar (a su casa) porque no le abrían y no llevaba llaves", por lo que se fue a buscar a su tía, los dos volvieron juntos a la vivienda familiar y "al momento empezó a venir la Policía y la Guardia Civil".

El joven y su tía encontraron los cuerpos degollados de la pareja, que José Luis Batán recuerda como personas "trabajadoras", que solían pasar por su establecimiento y que tenían un perro al que "sacaban a pasear".

Sobre el ahora detenido, el propietario de la heladería señaló que al parecer "tenía un poco de retraso", que "se le notaba más en la cara y en la manera de andar".

Por su parte, Francisca Ferrer, una conocida de las víctimas, describió al hijo de la pareja como un "chico normal, alto y delgadito", al que no considera un joven "conflictivo".

Gertrudis Giménez, propietaria de la autoescuela donde el ahora detenido estaba sacándose el carné de conducir, coincidió en señalar que el joven era un "chico normal", al que "se le nota algo" de retraso, pero que "ha pasado sus controles".

Juan Sanz, un vecino de las víctimas, calificó de "horrible" lo sucedido y aseguró que el hecho de que la puerta no estuviera forzada le hizo sospechar de que algún familiar pudiera estar implicado en el suceso.

Otra allegada a la familia, que no quiso identificarse, también señaló que el chico "no estaba bien" y que sus padres eran "buenas personas".