Ecologistas en Acción concede el Premio Atila Región Murciana 2016, cuyo objetivo es "distinguir y denunciar a aquellas personas, entidades o proyectos que más hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente", al Gobierno regional y a Ciudadanos "por tramitar cambios de envergadura en la legislación autonómica, con efectos negativos para la protección del medio ambiente y la salud de las personas, y hacerlo por la puerta de atrás".

También, continúa, "se eluden así los informes preceptivos de órganos consultivos como el Consejo Económico y Social, el Consejo Asesor de Medio Ambiente y el Consejo Jurídico, que precisamente son necesarios para asegurar tanto la idoneidad y necesidad de los cambios, como para asegurar la seguridad jurídica de la nueva norma".

Menciona específicamente a Ciudadanos por ser el partido de la oposición "que a pesar de autoproclamarse garante del cambio de formas y buscar la transparencia y participación públicas", ha sido "la pieza clave necesaria para que el Gobierno regional haya podido sacar adelante su última reforma legal sin seguir el cauce ordinario legal deseable para una verdadera transparencia y participación públicas".

El Premio Caballo de Atila se lo concede al Ministerio de Medio Ambiente, así como al Gobierno regional, Ayuntamientos del Mar Menor y agricultura intensiva de regadío del Campo de Cartagena "por llevar años degradando el Mar Menor, tanto por las acciones llevadas a cabo, como por su responsabilidad al mantener su inacción y ser incapaces de ponerse de acuerdo para aplicar las medidas necesarias que los expertos llevan años demandando".

Y por mantener "su falta de diligencia estos últimos años, a pesar de los síntomas evidentes de grave eutrofización que presenta la laguna salada y que indican que estamos llegando al límite de su capacidad de regeneración, que una vez sobrepasado será imposible revertir", añade Ecologistas en comunicado de prensa.

El Accésit 'Mayor despilfarro injustificado de fondos públicos', recae este año a ACUAMED, a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y Ayuntamiento de Cieza "por empeñarse en seguir dilapidando dinero público en obras innecesarias y que suponen un impacto negativo sobre el río Segura y su ecosistema".

Los trabajos realizados en el río Segura, en el marco del proyecto de paseo ribereño en Cieza, y que con el pretexto de mejora ambiental ha supuesto todo lo contrario, "un impacto negativo en el entorno del río, y un empeoramiento de las posibilidades de reponer la vegetación natural de ribera".

A lo cual se añade "la extraña jugada de firmar las obras al borde de las elecciones municipales, para no perder un supuesto dinero de Europa que no está claro si se cobrará o no. Y de nuevo, a pesar de las promesas de cambio de formas, de transparencia y participación con que venía la nueva corporación entrante, se ha seguido con las viejas fórmulas de siempre".

Además, indica la organización, "como guinda, se han acondicionado unas zonas de playa fluvial, aunque la CHS no reconoce oficialmente como aptas para baño las aguas del río Segura en ese tramo".

Por su parte, el Accésit 'Hipócrita del año' recae en el Ayuntamiento de Murcia y su Concejalía de Tráfico, Seguridad y Protección Ciudadana "por seguir intentando maquillar de verde su verdadera política de movilidad, con increíbles premios europeos mientras la realidad es que sigue promoviendo una movilidad altamente insostenible, contaminante y que contribuye al cambio climático".

Según Ecologistas, "el Ayuntamiento parece más preocupado en acumular titulares bucólicos y premios que en hacer realidad una movilidad sostenible en el municipio, de hecho no tenemos ni siquiera un buen Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) del municipio".

Así como el Accésit 'Motosierra descontrolada' al Ayuntamiento de Lorca "por su política de tala de árboles y podas salvajes, que está dejando el entorno de la Ciudad del Sol sin una sombra en la que guarecerse, quedando un paisaje poco acojedor y una peor calidad de vida para sus habitantes".

Ecologistas en Acción se lamenta, de tal forma, de la gran cantidad de candidaturas recibidas, "merecedoras todas de al menos un accésit", y se excusa por no haberlas podido incluir a todas en la concesión de estos galardones.

Y señala que como cada año, el jurado expresó su esperanza en que la concesión de estos premios llame a la reflexión a los premiados "sobre el deterioro ambiental que sufre nuestro planeta y las consecuencias que éste tiene y tendrá sobre nuestra salud y bienestar, y que propicie un cambio de actitud en ellos".