El Colegio del Arte Mayor de la Seda, cuna de maestros sederos en el corazón de València

  • Este gremio de tejedores de terciopelo debe su existencia a la necesidad de regulación de la creciente industria sedera a finales del siglo XV en València.
  • En un acto por recuperar parte del patrimonio y la cultura sedera en la ciudad, ha sido restaurado para que valencianos y visitantes puedan disfrutarlo.
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El Colegio del Arte Mayor de la Seda de València.
El Colegio del Arte Mayor de la Seda de València.
ARCHIVO
El Colegio del Arte Mayor de la Seda de València.

El Colegio del Arte Mayor de la Seda tiene en el antiguo Gremi de Velluters su origen. Fundado en 1479, este gremio de tejedores de terciopelo debe su existencia a la necesidad de regulación de la creciente industria sedera a finales del siglo XV en València. Por este motivo, los artesanos firmaron el acta de fundación del Gremio de nombre Almoina de l'Ofici de Velluters, cuyo patrón fue San Jerónimo, por ser el primer cardenal que introdujo la seda en su vestimenta habitual.

La falta de calidad de algunos tejidos originaba conflictos que hacían necesario unificar los criterios de producción de los telares y la profesionalización del sector, cada vez más presente en la actividad comercial de la ciudad.

Fueron sus ordenanzas, aprobadas el 16 de febrero de 1479 y ratificadas oficialmente por el rey Fernando el Católico el 13 de octubre de 1479, las normas de calidad que darían prestigio y fama mundial a los tejidos de seda valencianos. El aumento de la importancia de este oficio a lo largo de los siglos XV y XVI y su peso en la economía y en la actividad mercantil hicieron que, finalmente, el rey Carlos II en el año 1686 elevara el Gremio a la categoría de Colegio del Arte Mayor.

Con este nuevo estatus, los maestros sederos consiguieron más privilegios y prerrogativas. El Colegio pasó a dirigir el Gremi de Velluters y reconoció como válidos únicamente a los maestros nombrados por la Junta General de Comercio.

También persiguió el intrusismo y controló la producción de tejidos, incautando y destruyendo para escarnio público los productos realizados con escasa calidad. Fueron los maestros del Gremi de Velluters los que financiaron en parte las obras de construcción de la Lonja.

Sus ordenanzas, pioneras normas de calidad en la producción, determinaban el peso o el ancho del tejido, además de la cantidad de telares de un maestro, el número y condiciones de los aprendices, o cómo se obtenía la maestría. Los veedors eran los jueces, supervisores de que se cumplieran en su totalidad estas ordenanzas. Los dirigentes se reunían en el Salón de la Fama para tomar sus decisiones. Una fama que para entonces traspasaba fronteras y situaba a las telas de seda valencianas como inigualables.

Restauración

La Fundación Hortensia Herrero ha financiado la recuperación de este importante patrimonio valenciano. Desde noviembre de 2014 se han recuperado las principales joyas artísticas que atesora: frescos, murales y mosaicos con más de 68.000 horas de trabajo de los restauradores, 7.500 baldosas cerámicas, 300 libros y 7.200 hojas de plata fina.

Museo de la Seda

A partir del próximo 18 de junio mostrará la historia de la producción de la seda valenciana. Devolverá a los valencianos y a todos sus visitantes una parte importante de su patrimonio cultural, que sigue vivo en sus fiestas y tradiciones y que podrán comprender mejor después de visitar este museo.

En su archivo histórico acoge innumerables documentos custodiados a lo largo de cinco siglos: las ordenanzas, libros de actas, libros de maestros, oficiales y aprendices, así como los libros de administración e inspección de fábricas y comercios. Una pequeña muestra podrá ser vista por el visitante en la entreplanta, en la que habrá una biblioteca. En las naves se exponen dos telares únicos, uno de espolín de 130 cm, y otro de vellut.

En la capilla estarán las prendas litúrgicas, en la sala de vitrinas muestras de tejidos, en la sala de secretaría se expondrán las artes menores como pasamanerías o etiquetas, en el piso inferior ha sido reservado a la crianza de gusanos de seda, y en el Salón de la Fama se podrá disfrutar del pavimento a través de una pasarela transparente. Será posible para el visitante también adquirir recuerdos en la tienda del Gremio, Espai Seda, comer en su restaurante y disfrutar del huerto, un espacio con moreras, naranjos, palmeras y limoneros.

"Sin la Fundación el Colegio no existiría"

Vicente Genovés, Presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda, lo afirma con rotundidad: «Sin la intervención vital de la Fundación no se habría salvado este patrimonio». Conocedor del valor que tendrá en el turismo cultural la apertura del museo sabe que «la conciencia sedera de la ciudad ha vuelto a renacer con la Ruta de la Seda» y cree que «el impacto para València será muy importante turísticamente».

Orgulloso del resultado de la restauración integral del edificio, destaca sobre el resto «la recuperación de la sala de la Fama, ya que han sido 2.177 piezas restauradas una a una». El famoso pavimento cerámico de esta sala, inspirado en la fuente de Bernini de la Plaza Navona de Roma, representa los cuatro continentes conocidos en la época y la fama de la seda valenciana en todo el mundo.

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