Los títulos de terror de culto del siglo XXI

  • El género de terror ha dado varios títulos de culto en los últimos dieciséis años: 'It Follows', 'Audition' o 'Zombies Party' son algunos de ellos.
  • En su momento tuvieron escaso éxito en taquilla. Con el tiempo son muy valorados, pero por una minoría.
Detalle de unos de los posters de 'It Follows (Te sigue)'
Detalle de unos de los posters de 'It Follows (Te sigue)'
Cameo Media
Detalle de unos de los posters de 'It Follows (Te sigue)'

Hace falta algo más que unos cuantos sustos, unos personajes amenazados y unas muertes impactantes o un acabado impecable para convertir una película de terror en una obra de culto. La candidata más reciente es La bruja (The Witch), con excelentes valoraciones por parte de la crítica. Un desasosegante relato ambientado en la Norteamérica de los colonos de 1630, y debut en la dirección de Robert Eggers.

La mayoría de las películas que alcanzan esta categoría habitualmente pasan desapercibidas durante su estreno o se estrenan en pocas salas. Muchas de ellas incluso reciben en su momento comentarios negativos. Es con el tiempo que van adquiriendo la etiqueta "de culto",  convirtiéndose en una referencia y arrastrando a una buena legión de admiradores, aunque siempre en la minoría. El cine fantástico es proclive a generar un buen número de ellas. No hay fórmulas, depende de los ingredientes secretos de sus pócimas cinematográficas. Marquemos como año de inicio el 2000, hasta nuestros días, para este recorrido entre los largometrajes de terror de culto.

Te sigue (It Follows, 2014). El sueño americano es una pesadilla. Aún haciendo reconocible el tipo de cine en el que se inspira, aquí el ochentero, es posible crear una obra con personalidad propia. Desconcertante historia de unos adolescentes que, después de perder la virginidad, son perseguidos por una cosa hasta darles muerte. ¿Miedo a las enfermedades de transmisión sexual? ¿La pérdida de la inocencia e iniciación a la edad adulta? Abierta a múltiples interpretaciones.

El cine norteamericano nos ha dado otras muestras de títulos de culto, como la también muy reciente Bone Tomahawk (2015), el "western caníbal" protagonizado por todo un icono como es Kurt Russell; el músico y cineasta Rob Zombie se ha ganado una merecida fama con Los renegados del diablo (2005), entre otras; y el cineasta Jim Jarmusch dio su visión vampírica con Sólo los amantes sobreviven (2013).

Déjame entrar (Låt den rätte komma in, 2008). Europa también crea sus monstruos. Suecia nos ha traído el que probablemente sea el más sofisticado de los productos de terror modernos. La historia de amor entre dos niños, un joven seducido por su nueva vecinita. Inocencia, amor puro y la particularidad de que ella es una vampiro. Sin embargo, ¿quiénes son más monstruos? La chica o los muchachos que le hacen mobbing al bueno de su protagonista, por no hablar de las atrocidades que creamos los adultos.

Puesto que hablamos de dulces criaturitas, desde Austria, el país de Michael Haneke, llegó Goodnight Mommy (2015) con dos gemelos de nueve años convencidos de que su madre, una actriz, realmente no se ha hecho la cirugía estética sino que es otra. El holandés Tom Six se marcaría una de las pelis más asquerosillas con The Human Centipede (2009), con un mad doctor intentando crear un ciempiés a base de coser, por distintos orificios, a humanos vivos; realizaría dos secuelas más infumables.

The Descent (2005). Dios salve a la Reina, y a sus súbditos. Esto de ser espeleólogo, meterse en cuevas oscuras, por pasadizos y cuevas subterráneas tan estrechas y recónditas no puede conducir a nada bueno. Neil Marshall, uno de los principales directores británicos en materia de terror nos lo hacía ver en esta claustrofóbica aventura.

El survival, el subgénero de supervivencia, cuenta con su buena ristra anual de títulos de género; uno de los más destacables se facturó también en las islas británicas, Eden Lake (2008) con una parejita a punto de casarse y su encontronazo, en un idílico paraje, con unos chavales que podrían definirse como algo más que maleducados. Muy distinto, hermético y sugerente era el homenaje al giallo con Berberian Sound Studio (2012).

Al interior (À l'intérieur, 2007). Les 'enfants terribles'. Ante esta película siempre cabe el preguntarse cómo es posible que con prácticamente solo dos personajes, dos mujeres, y una de ellas embarazada, pueda ser una de las más sangrientas que ha dado el género. La clave está en que también aparece algún que otro secundario, y que los cinco litros de sangre que se albergan en el cuerpo humano dan para mucho.

Francia ha parido algunas de las muestras más extremas. La extraña Trouble Every Day (2001) de Claire Denis o Alexandre Aja triunfando con su segundo largometraje, Alta tensión (2003). Una de las que provocó mas de un desmayo en los cines fue Martyrs (2008), que incluía desollar a jóvenes en pos de misticismos muy raros. Al menos la protagonista de En mi piel (2002), dirigida y protagonizada por Marina de Van, no molestaba a nadie, la de ella era una obsesión por el auto-canibalismo.

La niebla (The Mist, 2007). Más pesadillas americanas. Frank Darabont, el director de Cadena perpetua o impulsor de la primera temporada de The Walking Dead, se marcó una de las mejores adaptaciones de una novela de Stephen King, con cierto sabor a clásico, pero sobre todo será recordado por un final absolutamente desolador.

Zack Snyder, antes de que le llovieran los palos por los Watchmen, Sucker Punch o Batman v Superman, logró en su debut, en 2004, el consenso (positivo) de crítica y público con Amanecer de los muertos, remake de una de zombis de George A. Romero. Y curiosos eran los distintos episodios ambientados en la noche de Halloween de Truco o trato (2007).

Audition (Ôdishon, 1999). Los japoneses dan mucho miedo. Es de 1999, pero aquí se estrenó en 2002. Uno de los títulos clave del 'J-Horror' y una de las mejores películas del prolífico Takashi Miike —un hombre que si no rueda al menos dos o tres películas al año no duerme tranquilo—. Si padece de belonefobia (pánico a las agujas) aléjese de esta película.

No se puede hablar de cine de terror sin citar las producciones que nos llegan desde Asia, especialmente los nipones y surcoreanos han sido muy diligentes en esto de producir sobresaltos. Desde Corea del Sur, Thirst (2009) del gran Park Chan-wook o Dos hermanas (2003); desde Hong Kong Dream Home (2010)Y y desde el país del sol naciente recordar los fantasmas que habitaban en Dark Water (2002) o La maldición (2005).

Babadook (2014). Terror desde las Antípodas. Los cuentos infantiles están llenos de criaturas perversas. Lo sabemos. Distinguir entre realidad y fantasía también cuesta lo suyo en mentes trastocadas. Las neurosis o depresiones generan sus propios monstruos. Y si Mary Shelley creó al de Frankenstein, la protagonista de esta historia también, Ba-ba-dook.

Australia no solo se ha colado entre nosotros para copar alguno de los primeros lugares de Eurovisión, también nos ha traído pesadillas en formato cine, Wolf Creek (2005), inspirada en hechos reales, lo certifica. En cambio, en Nueva Zelanda se lo toman más a guasa, sea con el mockumentary sobre vampiros Lo que hacemos en las sombras (2014) o invocando al Mal en Deathgasm (2015).

La cabaña en el bosque (The Cabin in the Woods, 2012). También es cosa de risa. A Joss Whedon no solo le debemos Buffy, cazavampiros, Firefly o Los vengadores de Marvel; de traca se lo debió pasar colaborando en el guión de una de las mejores películas, combinando terrores favoritos y humor. Fue un enorme fracaso comercial, pero también de inmediato se ganó las simpatías de numerosos seguidores del género.

También se lo han tomado con humor, sobre todo esto del slasher, Tucker & Dale contra el mal (2010) o la reciente Las últimas supervivientes (2015), homenajeando con ingenio Viernes 13. Por echarse unas risas de vez en cuando, que no quede. El veterano Don Coscarelli puso a unos presuntos Elvis y John F. Kennedy en un geriátrico, combatiendo contra la maligna fuerza egipcia que pretendía hacerse con sus almas en Bubba Ho-Tep (2002).

Zombies Party (Shaun of the Dead, 2004). El apocalipsis zombi es un desmadre. En su momento, en los cines no fue a verla nadie. Pero en cuestión de muertos putrefactos revividos sedientos de sangre y carne de los vivos, el director Edgar Wright materializó la que es la más divertida de las películas.

Los norteamericanos intentaron lo propio con Bienvenidos a Zombieland (2009), pero el que se ha mostrado más cachondo y sin tapujos al respecto es el noruego Tommy Wikola con Zombis nazis (2009) y sobre todo su secuela, aún más descacharrante y divertida. Sin embargo, aún no está todo dicho, puede que con suerte algún día se estrene entre nosotros la adaptación, como no podía ser menos, japonesa del manga I Am A Hero (2015).

El espinazo del diablo (2001). Nuestros propios terrores. ¿Sabían que esta coproducción entre México y España figura entre los principales títulos de culto del cine de terror de este siglo en prácticamente todas las listas norteamericanas o británicas? Sí. Los fantasmas de la Guerra Civil también cuentan con sus adeptos fuera de nuestras fronteras.

No es la única película de Guillermo del Toro de culto a nivel internacional, en el terreno más fantástico está El laberinto del fauno (2006); y como producciones españoles, naturalmente Los otros (2001),  [•REC] y El orfanato, ambas de 2007. Aunque estas no valen, fueron todo un taquillazo. También han reunido sus admiradores la mexicana Somos lo que hay (2010), con un remake norteamericano que, por esta vez, estuvo a la altura.

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