Las nuevas tecnologías y la universidad del futuro

Los nuevos dispositivos móviles se están convirtiendo en una herramienta básica en las aulas.
Los nuevos dispositivos móviles se están convirtiendo en una herramienta básica en las aulas.
GTRES
Los nuevos dispositivos móviles se están convirtiendo en una herramienta básica en las aulas.

La universidad del futuro será más digital, especializada, distinta a como la conocemos. Las nuevas tecnologías jugarán un papel esencial en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Permitirán una nueva flexibilidad y la capacidad de desplegar el conocimiento en todo tipo de dispositivos. Los alumnos podrán decidir aquellos conocimientos que mejor se adapten a sus necesidades y el concepto de clase habitual puede que se transforme para siempre.

Este proceso ya ha empezado. «Hemos mejorado mucho en cuanto a nuevas tecnologías, en las últimas encuestas que hemos realizado los resultados eran positivos, y contrastaba con nuestro grave déficit en idiomas extranjeros y la falta de innovación», explica el experto en educación superior José Ginés Mora. El sistema universitario español se encuentra en plena fase de cambio y los estudiantes deben desarrollar sus habilidades digitales en aras a su futura empleabilidad y adaptación a un entorno tecnológico cambiante.

Estamos viviendo un boom de los cursos on line desde hace unos años, basados en la flexibilidad de los horarios y la capacidad tecnológica para aprender sin la rigidez de los métodos presenciales clásicos, aunque todavía con carencias, como las notables tasas de abandono, especialmente en los masivos y gratuitos, y en ocasiones por pecar de cierto mercantilismo.

Para los expertos, los cambios que están produciendo las tecnologías de la información (TIC) en la vida diaria tendrán un gran impacto en las formas de enseñanza. Un informe de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) ha advertido que aquellos centros que no se adapten a las nuevas dinámicas desaparecerán. «Los principales investigadores consideran que se acerca un tsunami», ha dicho recientemente el director del eLearn Center de la UOC, Lluis Pastor, al presentar el estudio.

Puede que sea el fin de los calendarios, las asignaturas fijas y teóricas, trastocados por una oferta muy práctica y a medida del usuario en el que la versatilidad de las nuevas tecnologías obligue a universidades y alumnos a redefinirse. La universidad española ha avanzado en la última década en cuanto a su desarrollo tecnológico, aunque queda camino por recorrer.

En los últimos años, los centros se han volcado en las nuevas tecnologías conscientes de que es un reto inexcusable y una necesidad primaria si quieren que los alumnos salgan preparados para enfrentarse a los desafíos de nuestro tiempo y en aras de la eficiencia y la competitividad. Las tecnologías digitales ya forman parte del escenario habitual del aprendizaje. La docencia no presencial se está abriendo camino y cada vez son más habituales los grados o másters on line.

Las universidades buscan reinventar estos cursos y los MOOC (los cursos abiertos y masivos), y la tendencia será a que el alumno sea el generador de conocimiento y el profesor, un dinamizador. La gestión automatizada de las universidades está plenamente consolidada y los investigadores en general disponen de herramientas de tecnologías TIC para divulgar su actividad investigadora, así como el suficiente soporte tecnológico centralizado, según el informe Universitic 2015 de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas.

Un 95% de las universidades ya dispone como soporte de aulas de informática de uso docente, y la mayoría ofrece servicios de docencia virtual (97%) y aulas multimedia (83%). También se utilizan estas tecnologías como apoyo para la elaboración de los contenidos docentes y para la realización y corrección de exámenes. Por otra parte, se están abriendo paso las pizarras virtuales, y los sistemas para distribuir en clase contenidos en tiempo real. Todavía queda camino para que todas la aulas contengan un sistema electrónico de apoyo, pero los avances son significativos. El 87% de los estudiantes se conecta al menos una vez al año a la wifi de la universidad, y cada vez son más los alumnos que han valorado realizar un curso on line, casi la mitad.

Las plataformas de docencia virtual en las que los estudiantes pueden interactuar con la universidad y el profesorado, así como tener acceso a los contenidos de la docencia y las notas, gestiones y secretarías virtuales, se han institucionalizado, agilizando la atención a los usuarios mediante los campus virtuales.

No obstante, solo un 35,4% de los cursos ofertados por las universidades tienen por objetivo mejorar las competencias digitales de la comunidad universitaria, y se está produciendo un retroceso en el compromiso de los centros en la expansión del software libre y el código abierto (uno de cada tres ordenadores tiene instalado un software de libre distribución).

En general las universidades han avanzado en una mayor dotación de infraestructuras. La tendencia actual es trasladar las nuevas tecnologías a la aula habitual, confiando que el estudiante traiga sus propios dispositivos, ya que los ordenadores portátiles son cada vez más usados (un 86% de los hogares declara tener uno, según un estudio de la Fundación Telefónica).

La Red se está convirtiendo en un elemento integrador y transmisor de información. El porcentaje de alumnos que utilizan los campus virtuales está por encima del 90%, aunque queda por explotar sus posibilidades a juicio de los expertos, ya que todavía existen casos de infrautilización y parte del personal docente no responde con suficiencia a este compromiso tecnológico. Es necesario invertir más esfuerzos en educación de los estudiantes en nuevas tecnologías ya que de ello dependerán capacidades básicas.

«El manejo de nuevas tecnologías no es actualmente un aspecto tan crítico en los procesos de selección como pueden ser los idiomas u otras competencias transversales, pero siempre es un plus, forman parte de los sistemas de comunicación de las empresas, y será bueno que el candidato tenga los conocimientos básicos», explica Nuria Esparza, directora de Atracción de Talento de la consultora Adecco.

Desenvolverse bien con la tecnologías forma parte de aquello que los especialistas en recursos humanos llaman el perfil competencial blando; es el que marca la diferencia cuando se encuentran compitiendo candidatos con experiencia y aptitudes similares, como pueden ser la proactividad, la capacidad de comunicación, el trabajo en equipo, o las competencias en autoaprendizaje.

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