Los robos se cometieron entre los días 30 de abril y 5 de mayo en las comarcas del Ripollès (Girona) y la Cerdanya y todos con el mismo 'modus operandi': entre la una y las seis de la mañana, en domicilios de primera residencia situados en zonas cercanas a la vía del tren.

Los ladrones accedían a los pisos rompiendo el bombín de la puerta y dejándolo en las macetas de las plantas situadas fuera de los domicilios y siempre se llevaban dinero, joyas, teléfonos móviles, tabletas electrónicas y objetos pequeños y fáciles de transportar.

Aunque ninguna de las víctimas pudo ver a los ladrones, los Mossos los relacionaron con todos los robos y sospechaban, además, que acampaban durante el día en la montaña para preparar los robos que cometían siempre de noche.

En el registro de los ladrones, que pasarán a disposición judicial este martes, los policías encontraron objetos de uno de los pisos, además de herramientas utilizadas en los robos y una tienda de campaña.