El próximo viernes 10 de junio dará comienzo una nueva campaña electoral. Los españoles pasarán dos semanas después por las urnas, pero antes, escucharán decenas de promesas, asistirán a tensos debates mediáticos y leerán con atención en sus casas, otra vez, los programas, las cartas y papeletas que los partidos les envíen... ¿O no?

En plena discusión sobre la conveniencia de una próxima campaña austera y poco agresiva, el CIS explica qué aceptación tuvo la anterior. Y el detalle no es muy alentador. La encuesta postelectoral del 20-D muestra, para empezar, que solo un 16,6% de los encuestados siguió con "mucho" interés la campaña y un 34,2% con "bastante" interés". El 32,1% se quedó en el "poco" y el 16,7%, en "ningún" interés.

La falta de conexión entre el discurso de los políticos y la realidad de los ciudadanos queda, de hecho, en evidencia. Un 26,8% de los encuestados cree que el tema más debatido en campaña fue la corrupción y un 10,3% opina que fue el paro. Sin embargo, para el 60,8% el desempleo es su primera mención cuando se les pregunta por los problemas "que preocupan a la gente"; la corrupción es la segunda (30,5%).

Un 74,9%, además, está de acuerdo (46,4%) o muy de acuerdo (28,5%) con la afirmación de que los políticos "no se preocupan mucho" de lo que piensan los ciudadanos. Y casi el mismo porcentaje (73,9%) está de acuerdo (41,3%) o muy de acuerdo (32,6%) con que quien está en el poder "busca sus intereses personales". En todo caso, casi nueve de cada diez (86,1%) opina que votar "contribuye a sostener la democracia".

Volviendo a la campaña, la televisión fue el medio preferido de los españoles para seguir la información electoral a diario (58,3%), muy por encima de los periódicos (23%) o la radio (19,6%). El 63,7%, por contra, asegura que nunca o casi nunca ha optado por la radio, un porcentaje que baja algo en el caso de la prensa (54,2%) y que cae muchísimo en el caso de la pequeña pantalla (12,9%).

La cadena más vista en campaña fue La Sexta con un 21,1%, seguida por TVE con un 18,9% y Antena 3 con un 18,1%. La radio más escuchada, la Ser con un 32,8%. Y el periódico más leído, El País (20,2%). El 47,1% de aquellos encuestados usuarios de internet (68,8%) siguió la campaña o las elecciones en las webs de medios de comunicación, mientras que el 30,3% optó por las redes sociales.

¿Cómo funcionaron los debates? Un 43,4% de los encuestados no vio el cara a cara entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez y solo el 30% llegó hasta el final. Para ellos, ganó Sánchez, pero por poco (26,9% frente al 26,1%). Con el debate a cuatro pasó algo similar: el 45,1% no lo vio y solo el 32,8% aguantó hasta el final. Para el 31,3%, Iglesias fue el más convincente y, después de él, la vicepresidenta (18,3%).

Al margen de estos dos debates, seis de cada diez encuestados (62,5%) asegura que no vio ninguno más ni tampoco prestó atención a entrevistas con los candidatos. El 57,5%, además, dice que no vio ningún espacio de propaganda electoral y el 56,6% dice que no leyó las cartas, folletos o los programas de un solo partido. Solo el 6,1% asistió a algún mitin durante la campaña.

La campaña y los comicios tampoco parecen formar parte de la conversación de los españoles. El 85,9% no compartió contenidos o comentarios sobre las elecciones en redes sociales o con sus contactos a través del móvil o el correo electrónico. Según el CIS, se habla más del tema en casa y con los amigos que en el trabajo, aunque apenas el 25,4% dice que durante la campaña lo trató "habitualmente" con la familia.

De la postelectoral se deduce también que los sondeos y encuestas no influyeron en el voto, ya que, aunque el 62,8% tuvo conocimiento de los resultados de algunos de ellos, siete de cada diez explica que no los tuvo en cuenta a la hora de decidir qué hacer.

En las pasadas elecciones —"ante la decisión de votar y por quién hacerlo"— hubo, según la encuesta, un 26,1% de dudosos, mientras que un 65,4% tenía decidido a qué partido iba a votar. Un 29,1%, eso sí, decidió su voto en la última semana, mientras que un 62,8% lo tenía decidido desde hacía "bastante tiempo". El 65,8% de los que votaron a un partido concreto lo hicieron, según el CIS, con "convicción".

Hasta el 16,9% de aquellos que tenían dudas (26,1%) se debatieron entre dar su apoyo al PP o a Ciudadanos, mientras que un 11,6% dudó entre PSOE y Podemos. También hubo indecisión entre Podemos y Unidad Popular (9,3%), entre Podemos y Ciudadanos (8,4%) e incluso entre PP y PSOE (6,2%). Un 78,4% de los españoles, en todo caso, habría repetido su voto de haber sabido previamente el resultado de las mismas.

La encuesta del CIS se realizó mientras los partidos negociaban la posible formación de Gobierno y se alargó hasta después de la frustrada investidura del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, por lo que los ciudadanos ya podían tener cierta opinión sobre la actuación de las formaciones políticas.

Por otro lado, el portavoz de IU, Alberto Garzón, vuelve a ser el líder político nacional mejor valorado por los ciudadanos con un 5,2, seguido del presidente de C's, Albert Rivera (4,5). Figuran a continuación el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (4,1); el líder de Podemos, Pablo Iglesias (4); y el presidente del PP y del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (3,4), por este orden.

Todas estas notas mejoran la puntuación de los líderes en el CIS anterior, publicado en enero de este año. Garzón, de hecho, ha pasado del suspenso (4,6 en enero) al aprobado del 5,2, una mejora similar a la que obtiene Rivera, quien de un 3,9 ha ascendido hasta un 4,5. Cuatro décimas mejoran Rajoy (del 3 al 3,4) y Sánchez (del 3,7 al 4,1).

La consideración de los propios votantes también deja mejor parado a Alberto Garzón, pues logra una nota del 7,7 entre los electores de IU, en tanto que Pablo Iglesias consigue un 7,5 entre los que votaron a Podemos. Curiosamente, quienes optaron por la formación de Pablo Iglesias el 20D dan a Garzón una nota estimable, un 6,7; pero no ocurre lo mismo con la calificación que los votantes de IU conceden a Iglesias, ya que le dejan al borde del aprobado con un 4,9.

Rajoy consigue entre los votantes del PP un 7,1 y Rivera, entre los ciudadanos que le votaron, llega al 6,89. Sánchez obtiene de sus votantes una nota del 6,83. También entre los líderes de PP y Ciudadanos se produce una situación parecida a la de los jefes de Podemos e IU: los votantes de Rivera ponen a Rajoy un suspenso del 3,7, pero los electores de Rajoy aprueban a Rivera con un 5,7.  Solo Garzón y Rivera consiguen aprobar entre votantes de otras formaciones.