Un hombre pone la lavadora mientras sostiene a su hija pequeña.
Un hombre pone la lavadora mientras sostiene a su hija pequeña.
GTRES

Leer la etiqueta significa ahorrar en la factura de la luz

Cerca del 22% del consumo eléctrico en casa lo realizan los electrodomésticos, así que estar atentos a su consumo y eficiencia significa ahorrar en la factura.

Ahora es muy fácil hacerlo gracias al etiquetado energético. Todo aparato que consuma energía debe llevar su etiquetado energético para que los compradores consideren la eficiencia energética como un factor a tener en cuenta al comprar y, al mismo tiempo, para promover el ahorro energético y la protección medioambiental.

Dos equipos con las mismas prestaciones pueden tener distinto etiquetado, es decir, necesitar más o menos energía para realizar las mismas funciones. Un electrodoméstico es eficiente si ofrece las mismas prestaciones que otros del mismo tipo pero consumiendo menos energía y, por tanto, realiza un menor gasto.

El Noveno índice de eficiencia energética en el hogar de Gas Natural Fenosa revela que el etiquetado energético de los electrodomésticos, vigente desde 1995, es conocido por el 88,3% de los hogares, pero que solo el 73% lo tiene en cuenta a la hora de comprar.

La información que proporciona la etiqueta varía en función del aparato. En todos se muestra la clase energética, pero en algunos se dan también otros datos: consumos eléctricos anuales, por ciclo, consumo de agua, nivel de ruido, eficacia de lavado, etc.

A la hora de hacer la lectura de estas etiquetas debemos tener en cuenta tres cosas: que solo son comparables dentro de un mismo grupo de electrodomésticos; que para asignar las distintas etiquetas se midió el consumo anual de cada tipo de electrodoméstico; y que la diferencia de precio entre un aparato clase A y otro de la clase C se amortiza en un periodo de unos cinco años, gracias a su menor consumo.

Frigoríficos. Lo mejor es comprarlos de clase energética A+, A++ o A+++, ya que ahorrará energía y reducirá el importe de la factura. Su consumo depende de la capacidad, el número de compresores, los sistemas de descongelación, la disposición... y de su eficiencia energética.

Hornos eléctricos.Poseen la etiqueta energética de la A a la G. En ella se distinguen tres tamaños: pequeño, mediano y grande, dependiendo del volumen útil del horno. En el horno eléctrico, la clase de eficiencia se otorga por consumo específico, y la referencia de consumo es la media del consumo en kWh con carga normal y corresponde a las clases C - D (horno pequeño: 1 kWh, horno mediano: 1,2 kWh y horno grande: 1,4 kWh).

Lavavajillas. Los de clase energética A+, A++, A+++ ayudan a ahorrar dinero y contribuyen al ahorro de energía. También hay que tener presente a la hora de comprar un lavavajillas la capacidad de lavado que se necesita.

Lavadoras. La clasificación de las lavadoras atiende al etiquetado energético general desde la letra A+++ hasta la D. Se aconseja comprar lavadoras de clase A+, A++, A+++ y que además posean diferentes ciclos de lavado, sobre todo ciclos cortos y económicos.

Secadoras. Las de gas son las más eficientes. Si es eléctrica, que sea de clase energética A y de condensación.