¿Esta prenda es una 38, una 40, o una 42? Una tarde de tiendas por Valencia no sería lo mismo sin la consulta obligada a las etiquetas por parte del público femenino, debido a la disparidad en las tallas. El motivo es que ninguna norma obliga a los fabricantes a seguir el mismo patrón, lo que provoca un auténtico galimatías de números.

El Gobierno decidió hace unos meses tomar cartas en el asunto, y firmó un acuerdo con el sector para unificar las tallas. Para ello, ha iniciado un estudio en la ciudad de Valencia para medir los cuerpos de 277 mujeres de 12 a 70 años elegidas del censo al azar.

Por el momento, y hasta la mañana de este martes ya habían pasado 20 de ellas por las cabinas que ha instalado el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) en el centro municipal de Quatre Carreres.

El proceso dura unos 20 minutos. Las mujeres reciben unas prendas elásticas de talla única y se les colocan unos sensores. La investigadora del IBV Sandra Alemany cuenta que "en ningún momento las ve nadie" en paños menores. "Las más reacias son las jóvenes de 12 a 18 años, por vergüenza, y sus padres las tienen que traer a regañadientes", asegura.

Ven que es un problema que les afecta

No obstante, la mayoría "dicen que la experiencia es muy buena, salen muy contentas y ven que es un problema que les afectan", explica Alemany. La participación ha superado en un 67% la estimación inicial de 277 mujeres, cuenta la directora general de Consumo, Ángeles Heras.

El estudio finalizará el diciembre, y recorrerá 59 localidades de toda España. En la Comunitat Valenciana, además de la capital, la caravana visitará Moncofa (Castellón), Pego (Alicante) y Gandia (Valencia). En febrero de 2008 se presentará un maniquí con las medidas obtenidas, y las empresas de moda y confección adheridas al acuerdo tendrán cinco años para adecuarse al nuevo tallaje.