Por la puerta grande

Los dos cantantes estuvieron buena parte del concierto juntos en el escenario
Los dos cantantes estuvieron buena parte del concierto juntos en el escenario
FERNANDO BLANCO
Los dos cantantes estuvieron buena parte del concierto juntos en el escenario

Se los esperaba con ganas y no decepcionaron. Tras más de dos horas y media de música y de grandes temas, Sabina y Serrat salieron a hombros de la plaza de Toros de Valladolid, un recinto que se quedó pequeño ante la avalancha de gente.

Puntuales como un reloj suizo, ambos cantantes subieron al escenario juntos, vestidos, en su mayoría de negro, y con ganas de pasarlo bien y hacer disfrutar a todo el personal.

Un gran escenario con pantallas en las que se intercalaban dibujos, montajes, fotografías y las caras de ambos cantautores e, incluso del público, sirvió como gran acompañante de un plato que no se enfrió nunca y que se acompañó de los tradicionales bravos, maestros y monstruos al final de cada canción.

Señora, Mediterráneo, Aquellas pequeñas cosas, Penélope o Fiesta fueron algunos de los temas de Serrat que se pudieron tatarear o cantar a gritos sirviendo de coro al cantautor catalán a solas o al dúo.

Por otra parte, Sabina recitó su Calle Melancolía, Ruido, Que se llama soledad e hizo vibrar a todo el personal con Pacto entre caballerosy Princesa.

Lucía, que ambos interpretaron sentados en sus inseparables taburetes rojos, y la del Pirata Cojo, con un Sabina y un Serrat disfrazados y haciendo el loco en el escenario pusieron punto final a una noche de risas, buenas canciones y mejor ambiente.

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