Tres hombres se enfrentan a tres años de cárcel por explotar laboralmente a 70 personas en Albacete

El Juzgado de lo Penal número 1 Bis de Albacete juzgará este viernes, 4 de marzo, a tres hombres que van a ser procesados por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, por el que se enfrentan cada uno a una pena de tres años de cárcel.

El Juzgado de lo Penal número 1 Bis de Albacete juzgará este viernes, 4 de marzo, a tres hombres que van a ser procesados por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, por el que se enfrentan cada uno a una pena de tres años de cárcel.

Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, en mayo de 2011, los tres acusados, de nacionalidad rumana, contactaron en Rumanía con numerosas personas de origen rumano, a quienes les prometieron un contrato de trabajo en España.

En concreto, la oferta era para realizar tareas de recolección en el campo y por ellas ganarían 50 euros al día, además de que se les incluía el alojamiento y la comida, por lo que aceptaron ante la situación de necesidad en la que se encontraban.

De esta forma, en ese mes de mayo, un grupo de trabajadores llegaron a España, después de que los acusados les sufragaran los gastos del viaje.

Inicialmente, los acusados los llevaron una nave en Tarazona de la Mancha (Albacete), para que residieran allí, a pesar de que no estaba acondicionada como vivienda y tenían que dormir en el suelo.

En esa nave habitaron durante unos días, en los que estuvieron trabajando en la recolección de ajos, y posteriormente fueron trasladados a una vivienda en La Gineta (Albacete), donde convivían hacinadas hasta 70 personas, por lo que dormían en colchones en el suelo e incluso en la bañera.

Así estuvieron trabajando durante un mes aproximadamente en tareas del campo, sin contrato de trabajo y con un horario que se extendía desde las 6.30 horas hasta las 23.00 horas, incluidos sábados y domingos, sin descanso para comer.

Según el fiscal, los acusados les obligaban a comer mientras trabajaban, amedrentándoles diciendo que iban a comprar un hacha para matarlos.

Los trabajadores eran conducidos por los acusados a su lugar de trabajo, y una vez finalizado, los devolvían al inmueble, donde los vigilaban y les habían prohibido salir a la calle, pues les habían retenido su documentación.

Además, los procesados no les proporcionaban los alimentos necesarios para su sustento y no les pagaron las horas trabajadas, diciéndoles a los supuestos trabajadores que ellos habían contraído una deuda al sufragarles los gastos del viaje y de alquiler y por eso les iban a retener el dinero que cobrasen trabajando en el campo.

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