Fiscalía mantiene su petición global de 10,5 años para un colaborador de los 'Monchines' y su supuesto 'aguador'

Fiscalía de Valladolid ha mantenido hoy invariable su petición global de penas que suman diez años y medio de prisión para Andrés P.V, ya condenado el pasado año como colaborador de los 'Monchines', y su supuesto 'aguador', José Luis A.D, tras considerar acreditado que ambos se dedicaban, al menos entre marzo y julio de 2015, al tráfico de drogas en los barrios de Rondilla, plaza Circular y Vadillos.
Los acusados, junto a agentes de la Guardia Civil, al inicio del juicio.
Los acusados, junto a agentes de la Guardia Civil, al inicio del juicio.
EUROPA PRESS
Los acusados, junto a agentes de la Guardia Civil, al inicio del juicio.

Fiscalía de Valladolid ha mantenido hoy invariable su petición global de penas que suman diez años y medio de prisión para Andrés P.V, ya condenado el pasado año como colaborador de los 'Monchines', y su supuesto 'aguador', José Luis A.D, tras considerar acreditado que ambos se dedicaban, al menos entre marzo y julio de 2015, al tráfico de drogas en los barrios de Rondilla, plaza Circular y Vadillos.

El acusador público se ha apoyado en el testimonio de los policías que participaron en la 'Operación Pastor' y que, como así han ratificado en el acto del juicio celebrado en la Audiencia de Valladolid, han explicado que iniciaron sus pesquisas a raíz de chivatazos de vecinos sobre la presencia en la zona de un individuo que se dedicaba a suministra papelinas de heroína a los toxicómanos.

Así, el mando que dirigió la operación, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha relatado que el dispositivo de vigilancia permitió identificar a Andrés P.V, ya conocido en círculos policiales por haber sido detenido anteriormente por idénticos hechos y de quien se comprobó entonces que había dejado un piso en la calle Valle de Arán, en el Barrio de España, para alojarse en el de su compañero de banquillo, José Luis A.D, en la calle Juan Bravo, cerca de la Plaza Circular, escenario de la mayor parte de las transacciones.

"Participaron de mutuo acuerdo", ha apuntado el fiscal, en relación a que Andrés P.V. era el encargado de realizar el pase de las papelinas de heroína mientras que el otro acusado ejercía tareas de 'aguador' o de contravigilancia, es decir, de dar el aviso o "dar el agua" en el supuesto de que detectara la presencia de policías en la zona.

Dos actas de aprehensión

Así, la policía refiere hasta media docena de transacciones de drogas, de las cuales levantó acta de aprehensión—interceptación de papelinas a los clientes—en dos de ellas, una el día 3 de julio de 2015 en la calle Tirso de Molina, donde Andrés P.V. fue visto subirse al asiento trasero de un Volkswagen Golf y entregar dos envotorios al conductor y copiloto a cambio de dos billetes de 10 euros, y otra el 9 de julio en la Plaza Circular, donde se efectuó otro intercambio.

Por ello, el fiscal ha solicitado seis años de cárcel par Andrés P.V, quien ya cuenta en su haber con otra condena de tres años y ocho meses en el marco de la 'Operación Cholo' por colaborar como distribuidor de los 'Monchines', y cuatro años y medio para José Luis A.D, junto con el pago de multas en ambos casos por importe de 270 euros.

Y ello a pesar de que ambos procesados, cuyas defensas han solicitado un fallo absolutorio, se hayan declarado inocentes y han explicado que se conocían por ser del mismo pueblo, Tudela de Duero, y que quedaban de vez en cuando para consumir, dada la grave adicción que sufren desde hace más de veinte años.

En este sentido, Andrés P.V, principal inculpado, ha asegurado que residía en Arroyo de la Encomienda con su hermana y que se mantenía con las ayudas que ésta le daba y lo que percibía trabajando en la recogida de la fresa, hasta que en 2014 fue víctima de un atropello cuando circulaba en bicicleta y a partir de ahí se vio obligado a cometer algunos hurtos en supermercados para costear sus gastos.

"Si cada vez que me encuentro con un amigo por la calle y le doy la mano ya piensan que estoy vendiendo droga....Soy un enfermo de la droga, un politoxicómano desde hace veinticuatro años y, después de la última condena que quedó en suspenso, sería tonto si me pusiera a vender", ha insistido el preso, quien también ha alegado que si el día de su detención le ocuparon dos papelinas es porque las había comprado para su consumo tras empeñar un teléfono móvil.

La anécodota la ha protagonizado el propio Andrés P.V. al inicio de la sesión, ya que ha intentado, sin éxito, que fuera suspendida al alegar que su letrada, de oficio, no había tenido tiempo de preparar la defensa y de aportar una serie de documentos.

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