El canibalismo era una práctica habitual en la Europa neolítica y América

  • Era una actividad sistemática y ritual.
  • La investigación ha sido llevada a cabo por la Universidad de Granada y expertos mexicanos.
  • Se han recabado recetas de cocina de carne humana.
El canibalismo estaba relacionado con determinados rituales sagrados en la Europa y América prehistóricas (EFE).
El canibalismo estaba relacionado con determinados rituales sagrados en la Europa y América prehistóricas (EFE).
EFE
El canibalismo estaba relacionado con determinados rituales sagrados en la Europa y América prehistóricas (EFE).
El canibalismo era una
actividad sistemática y ritual en el
México prehispánico y durante el Neolítico prácticamente en toda
Europa, según ha constatado un equipo de antropólogos tras el estudio de las marcas que su práctica dejaba en los huesos humanos.

Así lo ha explicado el director del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada, Miguel Botella, que efectúa esta investigación en colaboración con expertos mexicanos.

Desde finales del 3000 al 2500 a.C, el canibalismo era común en toda la cuenca mediterránea europea y en Finlandia, y la carne de los fallecidos se tomaba tras hervirla unas tres o cuatro horas, "tal vez para asimilar sus características", dijo Botella.

Los huesos estudiados, con marcas de cuchillos y de dientes humanos y procedentes de hombres, mujeres y niños, aparecieron en basureros mezclados con restos de los animales que conformaban su dieta, lo que constata el canibalismo en el Neolítico, especialmente en un periodo del que apenas se han encontrado sepulturas.

Sólo en Granada se han encontrado once lugares -algunos de ellos en Alfacar, Píñar o Moclín- donde esta práctica era "habitual", pero también son numerosos en la fachada mediterránea del resto de España y en Europa.

Sacrificios rituales

En cuanto a las culturas mesoamericanas, los más de 20.000 restos óseos estudiados por estos expertos han demostrado que el canibalismo era "sistemático" en toda América, lo que "posiblemente indica que lo llevaron los humanos que pasaron el estrecho de Bering cuando ocuparon el continente por primera vez".

El antropólogo señaló que en el México prehispánico, tras los sacrificios rituales en los que se ofrecían los corazones de la víctima a las deidades, el resto del cuerpo se cocía con maíz y era repartido entre todos, "como en la comunión cristiana".

En la investigación se han recabado recetas de cocina de carne humana que recogieron los frailes españoles durante su labor evangelizadora tras la conquista, que señalan que nunca se tomaba asada y que era habitual añadirla al pozole, un guiso contundente típico mexicano en el que hoy se usa carne de cerdo o de pollo.

Según el testimonio de uno de estos frailes, la carne humana "sabía como la del cerdo", de ahí que, tras ser prohibido su consumo durante la cristianización de los indígenas, fuera sustituida por el puerco.

Industria del hueso

La manipulación de los cuerpos humanos para su ingesta -cortes, desuello, descarnado o cocción, entre otros- dejó marcas en los huesos, que han sido analizadas por estos expertos y han permitido determinar "toda la metodología utilizada en lo que constituían acontecimientos ritualizados".

Botella subrayó que es "interesantísimo" comprobar que las descripciones de estos rituales por parte de los frailes españoles "se corresponden con las marcas de los huesos estudiados".

Es decir, el cuerpo humano no sólo sirvió para alimentar a esos pueblos, sino que generó una industria del

hueso, que era considerado "el
mejor material para las herramientas".
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