Ahora Daniel, que se ha embolsado 2.000 libras gracias su pérdida de peso, juega en un equipo de rugby.

"Nunca había imaginado tener una vida como la que tengo ahora", afirmaba Sadler a icWalles.

"Mi vida ha cambiado muchísimo... siento que puedo hacer cualquier cosa", agrega el joven, que dice haber perdido la timidez.

Sadler recuerda que jugaba al bádminton pero no podía moverse por la pista, que a veces se quedaba sin respiración y que en verano no podía dormir cuando hacía mucho calor.

Ahora se enorgullece de poder comprar la ropa en "las mismas tiendas" que sus amigos.

Ha reemplazado las 24 bolsas de patatas fritas, las pizzas, los kebabs y las tabletas de chocolate por fruta, ejercicio y moderación en la comida.

Ha confesado que le gustaría ser "un modelo" para los demás, porque se siente "mucho más sano" y tiene "más confianza".