Rebecca Lacey, maestra en el Downend School de Bristol desde hace cinco años, ha pagado muy cara su decisión de llevar a la habitación de un hotel a un alumno menor de edad (de entre 15 y 16 años) toda la noche tras una fiesta de fin de curso del centro. Pese a que la docente ha explicado que lo hizo para ayudar al chico, por supuestos problemas en casa, ésta ha perdido no sólo su empleo en el centro, sino la posibilidad de ejercer en cualquiera de Inglaterra de forma indefinida.

La joven, de 28 años, ha sido acusada de conducta inapropiada y, tras ser suspendida de empleo y sueldo en su centro, ha sido vetada en todos los centros escolares e institutos de Inglaterra. La situación, calificada de "muy grave", ha llegado hasta el Departamento de Educación del gobierno británico, que le ha abierto expediente disciplinario a la espera de una resolución definitiva sobre su caso.

Los hechos ocurrieron la noche del 24 de junio de 2014. Durante un baile de fin de curso, la maestra se llevó al alumno a la habitación de un hotel y estuvo allí con él toda la noche. De acuerdo a medios británicos, la docente asegura que se llevó al joven sólo para hablar y ayudarle sobre "problemas familiares" y que en ningún momento hubo propósito sexual en lo sucedido.

El centro considera que se extralimitó en sus funciones y ha llevado a cabo la suspensión por "conducta poco profesional que pone en riesgo la reputación del profesorado" del centro.