Más del 30% de la superficie de Baleares que ha sido afectada por un incendio forestal se ha quemado más de una vez

Más del 30 por ciento de la superficie de Baleares que ha resultado afectada por un incendio forestal durante los últimos 30 años se ha quemado más de una vez, llegando a casos de recurrencia de hasta en cinco ocasiones.

Más del 30 por ciento de la superficie de Baleares que ha resultado afectada por un incendio forestal durante los últimos 30 años se ha quemado más de una vez, llegando a casos de recurrencia de hasta en cinco ocasiones.

Así lo pone de relieve un análisis realizado por el geógrafo Joan Bauzà Llinàs, a través de la teledetección, que determina que en las Islas ha habido un total de 56 incendios mayores de 50 hectáreas, lo que representa el 80 por ciento de toda la superficie afectada durante los últimos 30 años.

El análisis, que estudia los incendios recurrentes, los que han afectado a más de 500 hectáreas y hace un seguimiento de la regeneración de las zonas afectadas, destaca la importancia que tiene la pendiente en los incendios, con una media del 33,89 por ciento, y determina que "el fuego va muy ligado a la pendiente".

En cuanto a la distribución por municipios, Artà, con 5.179 hectáreas, es el municipio con mayor superficie afectada mientras que, el municipio con mayor grado de recurrencia es Capdepera, con un grado de recurrencia de cinco.

Así, Artà y Capdepera, junto a Andratx, Calvià y Sant Joan de Labritja, con una superficie total de 54.316 hectáreas (10,8 por ciento de la superficie total de Baleares) concentran, con 14.200 hectáreas, el 76.2 por ciento del total de la superficie quemada.

Incendios de la trapa y sa coma calenta

Por otro lado, el análisis del área afectada por los dos incendios forestales de la Trapa (1994) y sa Coma Calenta (2013) en Andratx, ha determinado que el fuego de 1994 afectó a 1.247 hectáreas, mientras que el de 2013 afectó a 2.138. Además, la zona afectada por los dos incendios fue de 713 hectáreas.

En cuanto a la regeneración entre el incendio de 1994 y el de 2013, se han analizado 18 imágenes de satélite, que detallan valores por debajo de 200 sin vegetación, mientras que un valor de 400 corresponde a vegetación dispersa. Así, se ve cómo, en la zona afectada por los dos incendios, a pesar del paso del tiempo, no se llega a alcanzar la presencia de vegetación abundante.

En un comunicado, la Dirección General de Espacios Naturales y Biodiversidad indica que la teledetección con imágenes del satélite es una buena herramienta para cartografiar los incendios forestales y permite identificar las zonas con mayor probabilidad de riesgos ambientales dónde establecer medidas prioritarias de actuación.

Además, refleja cómo la distribución de incendios forestales sigue un patrón agregado, donde, además, unos pocos incendios son los causantes de la mayoría de superficie quemada.

Este estudio, concluye la Dirección General, contribuirá a entender la realidad de los incendios forestales en Baleares, tanto en la planificación de actuaciones y medidas de prevención y extinción de futuros incendios forestales, como en los procesos de regeneración de la vegetación.

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