Junto al estadio de fútbol de Vallecas está la entrada al complejo de piscinas de Vallecas, que utiliza mucha de la gente del barrio. Decenas de niños chapotean en alguna de las dos piscinas: en la exclusivamente pensada para ellos, la pequeña, y también en la más grande. Hay muchísimos pequeños.A pesar de estar junto a un parque, dentro de las instalaciones casi no hay espacio verde ni mucho más sitio, más allá del área de baños. El bar está a un paso del agua, y también el pequeño merendero. Las zonas para tumbarse o estar al sol están tan cercanas a la piscina que todo es fácil de ver. Y eso es justamente lo que tranquiliza a los padres y madres que vigilan de cerca lo que hacen sus hijos. «Está bien porque puedes venir con ellos y sabes dónde están y lo que hacen», dice Patricia Sánchez, madre de dos hijos.