El CES augura ventajas para las CCAA que empiecen a trabajar en la simplificación de trámites para crear una empresa

El presidente de Consejo Económico y Social de Castilla y León (Cescyl), Germán Barrios, ha asegurado que las comunidades autónomas que se pongan ya a trabajar en la simplificación de los trámites para crear una empresa y apliquen la tramitación electrónica, establecida legalmente como el procedimiento común, tendrán ventajas con respecto al resto de territorios en la carrera por conseguir un modelo productivo con más industria, generar empleo y crecer económicamente.

El presidente de Consejo Económico y Social de Castilla y León (Cescyl), Germán Barrios, ha asegurado que las comunidades autónomas que se pongan ya a trabajar en la simplificación de los trámites para crear una empresa y apliquen la tramitación electrónica, establecida legalmente como el procedimiento común, tendrán ventajas con respecto al resto de territorios en la carrera por conseguir un modelo productivo con más industria, generar empleo y crecer económicamente.

Antes de inaugurar en Segovia las X Jornadas de Análisis Económico de la Empresa y las Instituciones de la Universidad de Valladolid, que tratan en esta edición sobre las instituciones laborales, sus problemas y políticas, ha advertido que en España existe la asignatura pendiente de reducir la tramitación burocrática, pues frente a los cuatro trámites y cinco días que requiere la creación de una empresa en los países más desarrollados de la OCDE, aquí son necesarios diez tramites y 17 días.

De hecho, el propio Banco Mundial recogió en uno de sus informes que el sistema español es demasiado burocrático, según ha manifestado Barrios, quien ha apostado asimismo por un marco regulatorio claro y sencillo de cumplir.

La simplificación, a su juicio, redundará en la creación de empresas, lo que, junto al impulso de la tecnología en la industria, el crecimiento de la I+D+i en torno al tres por ciento y una mayor financiación, posibilitará a su vez lograr más industria y más grande, y con ello modificar la estructura productiva.

En declaraciones a los medios, el presidente del Cescyl ha considerado que la industria está demasiado atomizada, puesto que el 96 por ciento de sus empresas son micro, y ha abogado por tanto por dar el salto a las pymes como fórmula para generar empleo.

Barrios ha subrayado que los últimos datos de economía conocidos son muy buenos para Castilla y León, pues indican que el crecimiento económico está en torno al 3,4, lo que se suma al crecimiento del 1,4 con el que se cerró el pasado ejercicio.

Según ha dicho, ello se traduce en una reducción del paro y un ascenso del empleo, si bien ha matizado que este último crece en torno al 2,1 cuando el trimestre pasado la economía crecía en torno al tres por ciento, lo que significa que aún no es capaz de absorber las altas tasas de desempleo que existen, que afectan a 190.000 personas en Castilla y León y 4,8 millones en España.

Además, ha apuntado que el empleo crece por la inestabilidad o precariedad laboral, lo cual supone que la tasa de temporalidad todavía es muy elevada —del 25 por ciento— y que la parcialidad ha aumentado durante la crisis, una etapa "muy dura" en la que esa tasa ha subido cinco puntos, pasando del diez al 15 por ciento.

"Tenemos un crecimiento económico sostenido pero el empleo que se crea es de mucha inestabilidad laboral, mientras que el desempleo, aunque se está reduciendo, está aumentado mucho los parados de larga duración", ha incidido el responsable del Cescyl, quien ha lamentado asimismo que los niveles de cobertura estén además disminuyendo "de forma importante".

Ante este panorama, se ha mostrado partidario de que las políticas vayan dirigidas a erradicar el paro de larga duración y dar empleo a los jóvenes, así como a los mayores de 45 años, que son quien más sufren el desempleo durante más tiempo.

"Ese es el problema de nuestro mercado laboral", ha alertado, al tiempo que ha apostado por cambiar la situación mediante la reversión de un modelo productivo que no encuentra alternativas para absorber a los trabajadores "poco cualificados" que quedaron en paro al caer el sector de construcción, configurado como un pilar de crecimiento en los años de bonanza.

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