Hace solo unos días conocíamos la noticia de que el poeta palestino de 35 años Ashraf Fayadh había sido condenado a muerte por un tribunal de Abha, en Arabia Saudí, por el delito de apostasía (abandono de la fe del islam) así como por difundir "ideas negativas" para la sociedad.

La condena ha suscitado que muchas organizaciones sociales y culturales se vuelquen en ayudar al artista. La directora de la ONG Human Rights Watch en Oriente Medio, Sarah Leah, ha declarado que "independientemente de lo que dijo Fayadh, Arabia Saudí debería dejar de detener a las personas por sus creencias personales".

Esta organización, junto con otras como Aministía Internacional o Index on Censorship, y personalidades culturales como el director del museo Tate Modern de Londres Chris Decon han anunciado que van a presentar este viernes un escrito a la embajada de Arabia Saudí en Reino Unido, indignados porque "él haya sido sentenciado a muerte por apostasía, simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión y de pensamiento".

Además miles de ciudadanos anónimos se han movilizado a través de campañas en Facebook y recogidas de firmas en plataformas como Change.org con el hashtag #freeAshrafFayadh.

Fayahd ya fue condenado a cuatro años de cárcel y 800 latigazos el año pasado por el delito de "propagar ideas peligrosas". Cuando el poeta apeló ante el juez se rechazó y se presentaron más cargos que apoyaron en el siguiente juicio la condena a la pena capital.