Tribunales.-Condenado a hasta cuatro años de cárcel el clan que traía compatriotas y los forzaba a mendigar

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que oscilan entre los cuatro y los dos años de prisión a seis integrantes de un clan que se dedicaba a traer a compatriotas engañados a España desde su país natal, Rumanía, a los que, una vez aquí, los coaccionaba con "violencia física y psíquica" para que ejerciesen la mendicidad.

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que oscilan entre los cuatro y los dos años de prisión a seis integrantes de un clan que se dedicaba a traer a compatriotas engañados a España desde su país natal, Rumanía, a los que, una vez aquí, los coaccionaba con "violencia física y psíquica" para que ejerciesen la mendicidad.

El clan, que fue desarticulado por la Policía Nacional en 2012 en el marzo de la operación 'Lazarillo', hacía falsas promesas de trabajo a las víctimas para atraerles a España, donde les privaban de su libertad deambulatoria y les obligaban a entregar el dinero obtenido de pedir limosna.

El tribunal impone a los hermanos F.M. y A.M. la pena de cuatro años de cárcel como autores de un delito de trata de seres humanos mientras que a un tercer hermano, N.M., un yerno, R.I., y las esposas de dos de ellos, M.M. y M.R., les condena a dos años de cárcel.

En todos los casos aplica la atenuante muy cualificada de reparación del daño que estimó el fiscal en el acto de juicio y que llevó a la modificación del escrito de calificación provisional en el que interesaba penas individuales de nueve años de prisión. Los seis acusados reconocieron entonces los hechos en sala y mostraron su conformidad con la condena solicitada por el Ministerio Público.

La sentencia fija en 30.000 euros para cada uno de los dos testigos protegidos la indemnización por daños morales, que los acusados deberán abonar de manera conjunta y solidaria, según han informado a Europa Press fuentes judiciales. Por otra parte, el tribunal ha acordado la suspensión de la pena para los cuatro acusados condenados a 24 meses de cárcel con la condición de que no vuelvan a delinquir por periodo de tres años.

Según los hechos probados, todos los miembros de clan carecían de actividad laboral y "se pusieron de acuerdo" para tejer la trama con el objetivo de "sufragar sus necesidades económicas".

Conforme a este plan contactaban, a través de otros familiares, con personas residentes en Rumanía que por su situación económica necesitaban trabajo y les ofertaban la realización de labores en el campo en Almería. Además, se ofrecían a sufragar el coste del viaje y a proporcionales alojamiento.

Una vez llegaban a la provincia, les obligaban, bien mediante violencia física bien con violencia psíquica, a que ejerciesen la mendicidad en distintos puntos de la ciudad almeriense y les forzaban a entregarles el dinero obtenido.

Con estos ingresos, los procesados compraban bienes como ordenadores, teléfonos móviles, cargadores de teléfono o gafas de sol que, posteriormente, dedicaban a la venta a terceros.

Engaño en su país de origen

Así, el clan, en concreto el acusado F.M., contactó a finales de 20111 con una de las víctimas, liberada en la operación policial denominada 'Lazarillo, a través del padre del acusado para ofrecerle un trabajo en el campo, además de pagarle el trayecto en autobús hasta Almería.

Cuando llegó a la capital, se trasladaron juntos a uno de los domicilios del clan, en la calle Doctor Carracido, y una vez que estaban allí, junto a su esposa M.M. y su yerno R.I., le dijo que "le iba a matar si no hacía lo que le decía" al tiempo que le quitaba su documentación personal.

A partir de ese momento, la víctima "quedó en manos de los procesados" y comenzó a ejercer la mendicidad en distintos puntos de la ciudad, generalmente a las puertas de un supermercado y vigilado "aleatoriamente" por los integrantes del clan, quienes "se aseguraban de que pedía dinero en el lugar indicado".

Jornadas intensivas en calles y bares

Durante aproximadamente un año, la víctima estuvo mendigando diariamente, en horario de 09,30 horas a 15,00 horas, y de 16,00 horas a 22,00 horas, y entregando "todo el dinero que conseguía" a F.M., quien le proporcionaba ropas viejas y distintos carteles confeccionados con frases "acordes a su labor".

Asimismo, fue "objeto de agresiones físicas" por parte de este procesado, de sus hermanos A.M. y N.M., así como de M.M. y R.I., quienes le amenazaban también presuntamente con "darle palizas o incluso matarle si les desobedecía".

El mismo 'modus operandi' usó el clan con otra de las víctimas, a quien en un principio se le prometió compartir las ganancias aunque luego no fue así. En su caso, también se le obligaba a mendigar de madrugada por bares y locales una vez que cerraban los centros comerciales y se le prohibía salir del domicilio en el que le tenían retenido si no era para "trabajar".

"CONTROLADAS"

La procesada M.R. era la encargada de controlar que no abandonasen las viviendas las víctimas, que tampoco podían contactar con sus familias en Rumanía. De hecho, en una ocasión, uno de ellos pidió permiso y A.M. "le abofeteó al tiempo que le decía que si insistía, le sacaría toda la sangre del cuerpo".

En la operación policial, que estalló el 28 de noviembre de 2012, se registraron los dos domicilios usados por el clan, el segundo de ellos en la carretera de Los Molinos, y se intervinieron, además de diversos bienes, cuatro vehículos de alta gama "adquiridos con las ganancias de la ilícita actividad a la que se venían dedicando".

La investigación fue desarrollada por el Grupo Ucrif de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación en colaboración con el Grupo V de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría de Almería.

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