El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, estudia adelantar a junio del próximo año el referéndum previsto para preguntar a la ciudadanía si quieren que el país siga siendo miembro de la Unión Europea, según fuentes consultadas por el diario The Times.

La información apunta que el 'premier' británico es partidario de que los ciudadanos se pronuncien en poco más de seis meses si se logran avances en materia de reformas en la reunión de líderes europeos prevista para diciembre.

En principio, el Gobierno de Reino Unido ha planteado finales de 2017 como fecha límite para la celebración del referéndum. Sin embargo, según The Times, varios países habrían solicitado a Cameron que adelantase la consulta, entre otras razones porque prevén una nueva crisis migratoria para el próximo verano.

El jefe del Ejecutivo británico ha prometido renegociar los actuales lazos entre Reino Unido y la UE antes del referéndum y Downing Street ha evitado confirmar los supuestos cambios en los planes. "Como el primer ministro ha dicho, se determinará el calendario en función del resultado de las negociaciones, con el final de 2017 como plazo límite", ha insistido la oficina de Cameron.

Las encuestas publicadas en los últimos meses recogen que una mayoría de los británicos son partidarios de seguir siendo miembros de la UE. No obstante, la ventaja se ha ido estrechando progresivamente a medida que ha aumentado la preocupación de la ciudadanía en materia de inmigración.

Y es que la UE está a la espera de la carta en la que el primer ministro británico detallará sus propuestas para renegociar las relaciones entre el Reino Unido y los Veintiocho, a fin de poder entrar en una nueva fase de las conversaciones, indicaron fuentes comunitarias.

Cameron se comprometió en la cumbre europea del pasado 15 de octubre, que trató de manera tangencial la cuestión británica, a poner por escrito las exigencias de su país para renegociar su relación con la Unión Europea (UE), lo que hará en una misiva que dirigirá este martes al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Hasta ahora se han celebrado reuniones a nivel técnico y jurídico sobre las ideas que ha ido esbozando el Reino Unido en público pero, ante la falta de una propuesta detallada por parte de Londres, los diferentes miembros encargados de dirigir la respuesta de la UE no han podido entrar en unas auténticas negociaciones.

La carta de Cameron llegará a Bruselas coincidiendo con la presencia de su negociador jefe, el ministro de Economía, George Osborne, en la capital europea, donde participará en el consejo de ministros de la UE de Finanzas, el Ecofin.

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, quien encargó al funcionario de alto rango británico Jonathan Faull liderar el grupo de trabajo para asuntos estratégicos relacionados con la cuestión británica, aprovechará para reunirse con Osborne y abordar las propuestas de Londres.

Mientras que el equipo negociador de la UE, tanto del Consejo como de la CE, quieren ver y analizar la carta antes de pronunciarse sobre los próximos pasos a dar, el hecho de que Londres presente finalmente algo concreto servirá para iniciar la verdadera negociación.

"No hay duda de que la carta representará el momento en el que se pase de las conversaciones exploratorias a las negociaciones de verdad", indicaron a Efe fuentes comunitarias.

La idea es avanzar lo suficiente hasta la cumbre de los veintiocho jefes de Estado y de Gobierno de la UE los días 17 y 18 de diciembre, donde se abordarán precisamente las exigencias de Londres y cómo encajarlas en la estructura comunitaria.

Cameron ha amenazado con apoyar la salida del Reino Unido de la UE si sus llamamientos de reforma "caen en oídos sordos", en el referéndum que convocará para antes de finales de 2017.

Con sus advertencias a la Unión Europea, Cameron pretende en buena medida acallar al sector euroescéptico de su partido, que ya se ha organizado para hacer campaña a favor de una salida de la UE, y necesita un acuerdo que le permita vender en casa que ha logrado el cambio que pretendía.

Líderes como Juncker y la canciller alemana, Angela Merkel, ya han dicho que quieren mantener al Reino Unido en del club comunitario y que están dispuestos a negociar con Cameron, pero también han dejado entrever "líneas rojas".