Una parte del falso techo del interior de la estación de autobuses de Valencia se ha desplomado, lo que ha obligado a cerrar una de las puertas de acceso al recinto y a desviar a los viajeros que acceden para subir a los autobuses por otras entradas.

Así lo han confirmado este viernes usuarios de este medio de transporte, que denuncian el estado "lamentable" de abandono que sufre el edificio, construido tras la riada de 1957 y sin apenas reformas de calado desde entonces. Los desconchados, las grietas, la suciedad e incluso la presencia de palomas son una constante en el interior del recinto, como publicó 20minutos el pasado mes de junio.

La gestión de la estación de autobuses está en manos de la empresa Alsa desde hace décadas. La concesión expira en dos años, momento a partir del cual se podrían acometer obras de rehabilitación integral.

Al margen de su impacto estético, la degradación del recinto se está convirtiendo ya en un problema de seguridad para sus usuarios. "Es una vergüenza de estación. Parece que seamos viajeros de tercera", relata Eva Navarro. "Con tanto bombo como se le está dando al turismo, que nuestra estación de autobuses esté así es más que lamentable", añade.