Sale Fernando Trias de Bes (Barcelona, 48 años) de la Bolsa de Madrid con un ánimo optimista. Acaba de ver cómo un maestro de Primaria enseña a sus alumnos en qué consistió el crack del 29. "Estamos mejorando, tras la crisis somos más conscientes de la cultura financiera", se congratula antes de embarcar en el AVE tras dos días promocionando en la capital su nueva obra 'El libro prohibido de la economía', ganadora del Premio Espasa 2015. Su ensayo, sin embargo, es todo menos optimista. Enuncia cómo las marcas, los bancos, las empresas y los gobiernos nos engañan constantemente. De Bes lo demuestra con 126 conceptos para los que ofrece definiciones alternativas. Solo el último se queda sin enfrentar: "Economista: persona que vive de la economía".

¿Y esto es malo para usted?

Depende de cómo se viva de la economía. Puedes pervertir y sacar la parte más oscura de esta disciplina, o aplicarla con la mejor de las intenciones. En el libro lo comparo con un cuchillo, una herramienta que puede servir para cortar pan o para clavárselo a alguien. Con la economía pasa lo mismo. Como en Star Wars, también tiene su lado oscuro. Se están produciendo muchas prácticas que prostituyen la herramienta.

Es muy duro en el libro contra los gurús económicos. Si el hipster nunca se reconoce hipster... ¿el gurú nunca se reconoce gurú?

Puede ser, pero es que nos lo hemos ganado a pulso. En el libro hablo de mucho gurú económico que se dedica a predecir el futuro. Y eso es engañar porque nadie lo sabe, es imposible saberlo. La economía depende de las personas y somos seres con impulsos irracionales. Solo podemos hacer estimaciones de hacia dónde tienden las cosas.

¿No era entonces una crítica a los economistas estrella de la televisión?

Hablar de la economía no me parece mal, pero tienen que ser muy cautos con las predicciones y no imbuirse de unas ínfulas de que saben lo que va a pasar. ¡Yo qué sé lo que pasará con los salarios medios de China, si depende del Partido Comunista!

Pues Rajoy sí sabe que lo de China no nos influye.

Va a ser en nada la primera economía del mundo, está destrozando un montón de empresas occidentales, es la primera tenedora de deuda americana... ¡cómo no nos va a afectar China!

Da usted palos a capitalistas, a socialdemócratas... con este libro no va a hacer amigos.

Yo no dependo de ningún estamento para vivir. Soy autónomo y vivo de mi pensamiento. Lo que no voy a hacer es callarme. Todo lo que digo está argumentado con respeto y no digo ninguna mentira.

Pero alguno se ofenderá...

Solo se ofenderá quien tenga algo que ocultar o quien realice malas prácticas. Tengo clarísimo que quien utilice las herramientas económicas de forma correcta y con ética, al contrario de ofenderse, se alegrará de que alguien lo denuncie.

¿Es una mala señal tener que recurrir al humor para que los ciudadanos sepa que les engañan?

Es un síntoma de que algo va mal. Pero el humor y la ironía no está reñido con el rigor. Además, hay ciertos conceptos que tienen una explicación muy dura.

Alguna responsabilidad tendrá la ciudadanía...

Las responsabilidades están muy repartidas, pero sería muy injusto poner el peso sobre el ciudadano. Durante la burbuja inmobiliaria la gente se vio dentro de una vorágine que decía: 'compra ya', 'los pisos se encarecen'. Otros se quedaron al margen, gente que dijo 'yo a esto no juego' y se negó a cometer la barbaridad de endeudarse a 50 años vista pagando el 60% de su salario. El libro gira alrededor de esto: si tú no pones un límite, el instrumento se vuelve perverso. Solo con haber impedido que la gente se hipotecase por encima de los 55 años de edad, se habría eliminado la mitad de la burbuja.

La reina Letizia dijo en 2013: "el uso del lenguaje puede ser intencionado, no es lo mismo ayuda que rescate, reestructuración en vez de recortes". No me diga que la reina le ha inspirado.

Las frases tienen enjundia, ¿eh? No me ha inspirado tanto ella como que la economía está envilecida y tiene un enorme descrédito después de la crisis. Mi libro quiere abrir un debate ético. No es una forma de cargar contra todo o de decir que todo es una mierda.

Su libro empieza así: "Estos son los hechos". ¿Los suyos son los buenos?

Pues no lo sé, pero sí creo que son demostrables. No digo que los medios publiquen datos falsos, pero las estadísticas se están usando para manipular. Se pueden sacar muestras de un medio de comunicación y comprobar que, en pocas semanas, se sacan cuatro cifras y las cuatro son contrarias: una que los pisos suben, otra que los pisos bajan, otra que se compran y la última que no se venden.

¿Y eso es un engaño?

No, el dato es correcto. Pero no hay consistencia para que la gente pueda seguir unos criterios homogéneos.

El libro es especialmente crítico con los impuestos. ¿Por qué?

Mire, el ciudadano medio está sometido a una presión fiscal del 80% y el Estado está incurriendo en déficit. ¡Cómo no vamos a cuestionar los impuestos si pagamos al Estado el 80% de lo que ganamos y no le llega!

A Pablo Iglesias le cita para criticar el Impuesto sobre Patrimonio. Dice que "los que ahorran no deberían compensar a quienes no han ahorrado". ¿Le tiene usted miedo a Podemos?

No les tengo miedo. Tienen más razón que un santo. Pero muchas de las medidas que proponen son imposibles e inviables en muchos aspectos. Es una opinión personal y ahí entra la ideología: yo me considero un liberal-indignado.

Dice en el libro que somos "cándidos". ¿Nos quejamos poco?

¿Sabe qué pasa? Nos lo ponen muy complicado. Yo soy economista e incluso a mí me cuesta comprender la letra pequeña de los contratos bancarios, de las facturas eléctricas. No mienten porque está todo por escrito, pero es un pseudofraude y un abuso. Mire la reciente sentencia sobre las cláusulas suelo de las hipotecas, era un tema tan poco claro que ha tenido que dirimirlo una instancia europea.

¿Y los economistas no están precisamente para desmontar cosas como estas?

En parte sí. Estamos obligados a explicar lo que no se hace bien y denunciarlo.

Le van a llamar antisistema...

No lo creo, yo no cuestiono el sistema sino la legitimidad en el uso de sus herramientas.

¿Hay "recuperación económica", señor Trias de Bes?

Eso es un eufemismo. El PIB mejora pero solo hace referencia a la producción. Hay otras cosas que están sin arreglar. La economía no está saneada ni de largo. Si yo soy un parado de larga duración y escucho "recuperación económica"...

Pues mucha gente compra ese discurso. ¿No hay solución?

No nos debemos rendir nunca. La gente denuncia y se movilizan por las redes sociales. También es una respuesta que estén emergiendo nuevas opciones políticas en la derecha y en la izquierda contra el bipartidismo de PP y PSOE. La gente no pierde la fe en que la acción política pueda tener un efecto. La economía es una cuestión de confianza, si se pierde está tocada de muerte. Creo que la gente no está dispuesta aún a perderla, pese a que haya habido historia y suficiente daño como para hacerlo.

¿De verdad es optimista?

Sí. Yo no habría escrito este libro si no tuviera fe en que esto puede cambiar.

¿Qué definición incluiría ahora en el libro, que se quedase fuera?

"Noticia económica".

¿Noticia económica? ¿Y qué versión alternativa le daría?

Noticia que seguramente tiene otra anterior hace menos de una semana... y te dice todo lo contrario.