Calificada, o al menos así planteada, como una de las muestras más íntimas de Wassily Kandinsky (1866-1944), llega a Madrid (hasta febrero), a la sala CentroCentro, Kandinsky. Una retrospectiva.

A través de más de un centenar de obras de su colección personal la exposición es además una ocasión única, ya que, como señala la comisaria, Angela Lampe, es muy poco habitual poder concentrar tanta obra como en ésta. Mediante tan grande producción se adentra el visitante en cuatro décadas de evolución artística: desde las primeras obras figurativas hasta sus experimentaciones de abstracción y color.

Dibujos, pinturas y fotografías tienen como punto de unión que eran, según Lampe, "obras todas muy queridas por el artista" y que no quiso vender. Estas piezas fueron donadas al Centro Pompidou por su viuda.

De modo cronológico la muestra abarca desde los primeros años en Alemania a los de Rusia y el retorno a la escuela Bauhaus de Weimar, hasta los últimos tiempos en Francia, a través de  obras tan representativas como Ciudad Vieja, Canción, Improvisación III, En gris, Amarillo, Rojo y Azul y Cielo azul.

Los inicios son especialmente llamativos ya que es la parte menos conocida de él. Obras creadas cuando el ruso llegó a los 30 años a Alemania para convertirse en pintor.

Allí creó las primeras obras usando colores antinaturalistas brillantes para traducir la realidad en imágenes planas, bidimensionales. Usó el paisaje para investigar sobre la forma y el poder del color, lo que le llevó al proceso inicial del arte abstracto.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el artista volvió a Rusia, época en la que trabajó sobre papel, obras que muy pocas veces se han visto y que ahora están en Madrid. Regresó a Alemania a finales de 1921.

Comenzó a dar clases en la escuela de arquitectura y de arte conocida Bauhaus en una época (de 1921 a 1933) en la que su obra destaca por la relación entre colores y formas geométricas, aunque las primeras formas orgánicas aparecerán en 1930.

Tras el cierre de la Bauhaus en 1933 a causa del régimen nazi, la última etapa del artista se desarrollará en París, y será allí donde se inspirará en el surrealismo, en Miró, Dalí y Picasso, y también el lugar en el que morirá en 1944.