El torero riojano Diego Urdiales ha salido por la puerta grande de la plaza de toros de 'La Ribera' de Logroño tras cortas tres orejas en la feria de San Mateo 2015, y salir a hombros al grito de "¡Torero, torero!". Una corrida desigual de 'Las Ramblas' y 'Jandilla', en la que el extremeño José Garrido - que sustituía a Enrique Ponce- ha cortado un trofeo.

El tercer espada, José María Manzanares, se fue de vacío, en tarde con más de tres cuartos del aforo cubierto, y en la Urdiales brindó su primer astado a Curro Romero, presente en el coso riojano, junto a su esposa Carmen Tello.

El diestro arnedano, recordando en varios pasajes de su lidia a la faena de Bilbao - donde también abrió la puerta grande- ha sido recibido en 'La Ribera' con una unánime ovación, que ha querido compartir con el resto de terna.

A partir de ahí, el riojano se ha entregado a la 'verónica' en su primero, un ejemplar de 'Las Ramblas' de 525 kilos de nombre 'Ilimitado'. Sin entregarse en demasía este castaño en el caballo, y sin posibilidad de lucimiento para la cuadrilla de Urdiales en banderillas, ha iniciado el riojano una faena por abajo - no sin antes haber brindado el animal a Curro Romero-.

Ya casi en los medios, el arnedano ha brindado un par de tandas muy buenas con la derecha, alternadas con alguna trincherilla de calidad, sello de la casa. Con la izquierda, el de 'Las Ramblas' ha sido otro animal, a pesar de que Urdiales ha conseguido una gran tanda de naturales, que sin embargo ha hecho vaticinar que quería rajarse.

A pesar de ello, ha logrado nuevamente una tanda buena con la derecha, para pasar a matar al toro, tras un pinchazo y una estocada, con la que ha obtenido su primera oreja.

HONDURA

Con el cuarto, un negro mulato de 'Jandilla', de nombre 'Delicado', Urdiales ha hecho honor a ese nombre, toreando de forma delicada, con quietud y hondura en la muleta, ya que en el capote no ha propiciado la brillantez del primero.

Ya en la faena, que ha brindado al público, el riojano ha logrado tandas de derechas de enorme calidad, toreando con verticalidad, y con la cabeza encajada. Con la izquierda, naturales largos y con la mano baja, para cruzarse en el terreno del animal, han hecho vibrar a 'La Ribera'.

Una estocada certera que ha hecho que el de Jandilla cayera rápido y la gran faena lograda, ha hecho que la presidencia no dudase demasiado en concederles las dos orejas, que ha paseado ya con gritos de "¡Torero, torero!".

El otro torero que ha tenido una actuación destacable ha sido el pacense José Garrido. De inicio, el diestro ha saludado al castaño de 'Las Ramblas', de 476 kilos, con dos largas cambiadas pegadas a la tablas que han puesto en apuros al torero. Después se ha dedicado a torear a la 'verónica', logrando lances de gran calidad.

En la muleta, tuvo un comportamiento algo violento, levantando demasiado la cabeza, que ha propiciado una lidia inteligente por parte de Garrido, que ha tenido en la mano izquierda a su gran valedor. Una fulminante estocada le ha valido una oreja, con fuerte petición de otra.

Con el que cerraba plaza, un mansurrón de 538 kilos de 'Jandilla', castaño, de nombre 'Jarifo', el extremeño poco ha podido hacer más que cruzarse y pasarse los pitones por la taleguilla. Buena estocada para finalizar el festejo, obteniendo algunos aplausos.

Por su parte, el tercer espada, Manzanares ha visto silenciar sus dos actuaciones, en el segundo y quinto, uno de 'Las Ramblas' de 476 kilos, 'Fandango', y otro de 'Jandilla', de 521 kilos, 'Hablador', viéndoselas con dos auténticos mansos, muy parados.

No obstante, el alicantino en su primero, donde cabe destacar un quite por chicuelinas de Garrido, ha logrado un buen par de tandas con la derecha que parecía propiciar otro desarrollo para su lidia. Puro espejismo, porque a partir de ahí el animal ha desarrollado una preocupante mansedumbre que ha hecho imposible el lucimiento. Ha entrado a matar en dos ocasiones. Finalmente, ha obtenido el silencio en su actuación. Con el quinto, ha sido imposible el acople de toro y torero por su condición de manso, ha matado de buena estocada, siendo también silenciada su actuación.