Odiado y adorado, pero siempre terrorífico: Wes Craven

  • Muere a los 76 años el 30 de agosto por un infarto cerebral el director de cine.
  • Él es el padre, entre otras, de sagas como 'Scream' y 'Pesadilla en Elm Street'.
  • "He aprendido a no leer las críticas", reconoció en una ocasión este cineasta que siempre suscitó reacciones encontradas.
El director estadounidense de terror Wes Craven.
El director estadounidense de terror Wes Craven.
Nina Prommer / EFE / EPA
El director estadounidense de terror Wes Craven.

Criticado hasta el punto de que hubo quien dijo que preferiría que le clavasen agujas en los ojos antes que ver una película suya, Wes Craven fue el innegable creador de un modo de terror diferente. Una diferencia tal vez nacida de esa diversión que a Craven le provocaba, o así lo reconocía él, el terror.

Y aún más, porque el padre del aterrador cara quemada y cuchillas por dedos Freddy Krueger que se metía en los sueños y te mataba (¿quién no ha soñado con aquel 1,2,3 Freddy viene a por ti; 4 cierra la puerta; 5 y 6 coge un crucifijo; 7,8, mantente despierta; 9, 10 nunca más dormirás?) encontraba en la creación de estas historias la mejor manera de conservar el sentido del humor.

Formado en literatura inglesa, psicología y filosofía ejerció varias profesiones antes de dedicarse al cine. Taxista, profesor o editor de sonido fueron algunos de los trabajos de este clásico del cine, casado por tercera vez en 2004 con la productora de Disney Iya Labunka, y que antes de dar con el personaje que le granjearía la fama ya había dirigido películas de terror como Las colinas tienen ojos, Bendición mortal, La casa del pantano o Invitación al infierno.

Una niñez muy cerca del cementerio

Una niñez en Cleveland (Ohio), ciudad en la que nació el 2 de agosto de 1939 , en una casa muy cercana al cementerio, explica parte de su pasión y su musa y su falta de temor a abordar un tipo de cintas que no todos han sido capaz de terminar de ver. Supo, críticas y odios al margen, cómo sembrar el pánico, y no dejó de hacerlo, o al menos intentarlo hasta el final: estaba inmerso como productor ejecutivo en la adaptación de otra de sus sagas más famosas, Scream.

Antes que esta serie, nació la que lo situó en un lugar del que nada ni nadie (ni los críticos más encarnecidos y 'dolidos' por lo que consideraban un mal cine) ha podido moverlo: la cima del terror, Pesadilla en Elm Street; serie de cinco cintas estrenadas entre 1984 y 1989.

Lejos de ser uno de esos 'bombazos' capaces de dar sombra hasta el final y oscurecer cualquier otra creación, enseguida, en los 90, Craven volvió a comerse las taquillas: creaba Scream. Con las dos primeras películas de la saga superaba los cien millones de dólares.

Inevitablemente asociado al miedo, no por ello dejó de hacer películas que nada tenían que ver con ello. Entre la segunda y tercera de Scream, dirigió el drama protagonizado por Meryl Streep Música del corazón (1999).  El propio Craven, sabedor de que su nombre ya no podía escapar al género de Pesadilla o Scream, reconoció lo complicado que fue lograr que el drama tuviera público estando su nombre en el filme.

Pese a los obstáculos con que se encontraba al salir de las que ya eran sus fronteras, se atrevió con un homenaje a Wilde con la película romántica Paris Je T'aime.  También Vuelo nocturno se salía del camino, ya que se trataba de un thriller psicológico.

Sin embargo, y aunque se salió de las pesadillas en ocasiones, el terror era su gran 'casa' y de hecho fue con y en ella con la que empezó. De terror era La última casa a la izquierda (1972), su primera cinta como guionista y director.

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