Mella en el estado del bienestar

Los recortes en la sanidad pública han dado paso a protestas de los profesionales de la salud bajo el nombre de la marea blanca.
Los recortes en la sanidad pública han dado paso a protestas de los profesionales de la salud bajo el nombre de la marea blanca.
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Los recortes en la sanidad pública han dado paso a protestas de los profesionales de la salud bajo el nombre de la marea blanca.

Hace dos años y medio, Silvia salió a las calles de Madrid vestida de blanco, con la bata que utiliza cada día en el hospital público en el que trabaja desde hace más de diez años. Silvia es enfermera y aquel 18 de noviembre de 2012 fue una de las miles de personas que alzaron la voz a con el lema La sanidad pública no se vende, se defiende. Este el germen de lo que hoy conocemos como marea blanca, el movimiento ciudadano, independiente, solidario, en favor de la sanidad pública y universal en todo el territorio español. Fue la primera de muchas manifestaciones en las que al personal sanitario se unieron ciudadanos anónimos que defendían un derecho fundamental para todos.

La 'marea blanca'

Un movimiento que nació en Madrid tras la aprobación del Plan de Medidas de Garantía de Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público en la comunidad madrileña, pero que se extendió al resto de comunidades.

Desde entonces han sido muchas las concentraciones de protesta contra las medidas de los gobiernos regionales y sus planes privatizadores, entre los que se encuentra el madrileño, que incluyó en ese plan la privatización de la gestión sanitaria de seis hospitales y 27 centros de salud, además del cobro de un euro por receta, una medida que posteriormente fue anulada por el Tribunal Constitucional.

La marea blanca es solo una de las consecuencias de los recortes que han sacudido la sanidad pública en los últimos años y que han hecho crecer el malestar de los ciudadanos. A este malestar podemos sumar la bajada de las partidas correspondientes al gasto sanitario, según la OCDE, el gasto per cápita en cuanto a sanidad pública en España descendió un 1,9% entre 2009 y 2012.

El escenario parece teñido de negro, pero debemos señalar que antes de la crisis, durante la primera década del siglo XXI, España trabajó por construir un estado de bienestar universalizando la asistencia sanitaria, siendo uno de los países que más invertía en sanidad. Y es que, a pesar de los recortes aprobados en el último trienio, el gasto sanitario total ha crecido un 2,4% entre el año 2000 y 2012.

La salud es el bien más preciado que tenemos las personas, y tener que esperar un tiempo excesivo para ser atendido por un especialista o para ser intervenido cuando se está enfermo puede generar un sufrimiento innecesario. La principal causa de estas esperas es un aumento de la demanda de servicios sanitarios por la población que, además, cada vez aumenta su esperanza de vida.

En junio de 2013 las listas de espera de la sanidad pública batieron todos los récords: 101 días para una intervención quirúrgica. Esto forzó al Ministerio de Sanidad a prometer normas que atenuasen el problema.

Según los últimos datos que maneja Sanidad, en junio de 2014 la espera media era de 90 días. Más de medio millón de españoles seguían esperando a ser operados. Tanto para consultas externas como para cirugías, la paciencia de los enfermos es puesta a prueba. Y es que la sanidad es un sector muy importante en nuestro país con el que no se puede jugar.

Un activo único e imprescindible

El personal sanitario es un activo único e imprescindible que solicita más atención por parte de la Administración. Según los datos registrados en el Atlas de la Sanidad Mundial que publicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2014, España pasó del puesto décimo del mundo en proporción de médicos por cada 10.000 habitantes al 16.º. En 2013 estaba en el puesto séptimo.

Aun así, España sigue estando por encima de la media de Europa y del mundo en la ratio de médicos. Este documento indica también el descenso del número de enfermeras, hospitales y camas hospitalarias. Solo sube en el ratio de farmacias.

Durante estos últimos 15 años, se observa también cómo ha cambiado la relación médico-paciente. Estos últimos cada vez son más exigentes y consideran la salud como un bien de consumo más, piden más información y quieren tomar decisiones sobre su tratamiento. En este punto, irrumpe el fenómeno internet, que ha puesto en las manos de los pacientes abundante información sobre salud. Más allá de los peligros que entraña el uso indebido del bautizado como Doctor Google, la proliferación de aplicaciones especializadas ha abierto otra vía de comunicación.

El desarrollo de las nuevas tecnologías ha dado lugar a otra forma de asistir a la consulta del médico, con posibilidad de comunicación inmediata mediante teléfonos móviles inteligentes, correo electrónico, redes sociales, dispositivos de control de patologías en domicilio, telediagnóstico, etc.

El uso de tecnología móvil puede reducir el coste per cápita en sanidad un 18%, y hasta un 35% en el tratamiento de pacientes crónicos. El mundo app tiene en el sector de la salud un gran aliado. Las aplicaciones móviles contribuyen a empoderar a los pacientes, modificar sus hábitos y experimentan un cambio en las relaciones y procesos.

Mano biónica

Existen aplicaciones que miden tu ritmo cardíaco, te avisan de la hora en que debes tomarte una pastilla, directorios de centros médicos y profesionales sanitarios, guías de primeros auxilios, aplicaciones para el control de la diabetes, control del embarazo, así hasta un sinfín de apps que tienen como objetivo ayudar a la sociedad. Los ciudadanos reivindican una medicina más completa, moderna, abierta, cómoda y disponible en todo momento.

Un ejemplo es la forma de concertar una cita para una visita médica. Las colas en los ambulatorios y las interminables llamadas por teléfono pasaron a la historia. La mayor parte de las comunidades autónomas han implantado durante estos últimos cinco años sistemas de petición de cita previa por internet con el objetivo de mejorar la accesibilidad de los pacientes y la agilidad en los trámites de citas.

Por ejemplo, el Servicio Extremeño de Salud ha estrenado recientemente una app con cuatro funciones: pedir cita previa con el médico de cabecera, consultar la medicación, localizar el centro sanitario o farmacia más próxima y acceder al calendario de vacunación infantil.

Otro de los mecanismos implantados es la receta electrónica, una herramienta tecnológica con un gran potencial que nació hace 11 años dentro de un proyecto de digitalización de la sanidad promovido por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. En la actualidad, prácticamente todas las comunidades autónomas han incluido la receta electrónica en Atención Primaria.

La implantación de la receta electrónica

Gracias a esta herramienta, ha disminuido el número de visitas a centros de salud de pacientes, que en la mayoría de las veces son enfermos crónicos y con una medicación habitual que acudían únicamente a por sus recetas.

Con esta prestación, los pacientes pueden recoger directamente en la farmacia lo que el médico les ha mandado introduciendo un código en su tarjeta sanitaria y presentándolo en la botica. Esta herramienta, según el Ministerio de Sanidad, acorta entre un 20 y un 30% el tiempo que los médicos dedican a rellenar recetas. La ciencia médica va unida a investigación y desarrollo y está en continua evolución.

Cada día descubrimos nuevas herramientas orientadas a hacer la vida de los pacientes más fácil y eficiente gracias a avances tecnológicos. Un ejemplo de ello es la impresión en tres dimensiones que está revolucionando la atención sanitaria con la fabricación de prótesis ortopédicas a medida del paciente o muletas mucho más anatómicas.

La contribución de la impresión 3D también ha impactado en la industria dental, aumentando la calidad de las piezas y acelerando su producción. Esta tecnología permite tanto obtener un alineador dental transparente impreso en 3D para el uso diario, implantes o fundas dentales. Los conocidos códigos QR también pueden salvar vidas.

Recientemente conocíamos el invento de un grupo de emprendedores andaluces, una pulsera de fácil programación que puede ser un gran aliado en caso de accidente y que ya cuenta con 10.000 usuarios en toda España. Los propios usuarios se encargan de dotar de información vía internet el código que lleva la pulsera impreso.

Nombre y apellidos, número de la tarjeta sanitaria, grupo sanguíneo, alergias, patologías del paciente, medicación que esté tomando, si dispone de seguro médico o si es donante, persona de contacto… una información que puede ser vital. Tecnología e innovación por un lado. Recortes y crisis por otro.

En estos últimos 15 años observamos que la sociedad ha cambiado y nuestra forma de entender la sanidad también lo ha hecho. Pero sí hay un dato del que nos debemos sentir orgullosos, nuestro país tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, prestigiosos investigadores y profesionales médicos, así como un clima emprendedor en crecimiento.

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