Pío Baroja, novelista... y panadero

Antes de triunfar como literato, Pío Baroja desempeñó las profesiones de médico en Cestona (Guipúzcoa) y de panadero en Madrid. De ellas aprendió cosas  indispensables para la creación artística.Abandonó el ejercicio de la medicina, «cansado de la vida sórdida y llena de pequeñas rivalidades de un pueblo.» Desde 1896 a 1902 se dedicó a regentar la panadería de una tía de su madre, Juana Nessi, en Madrid.

Se levantaba de noche, a las once, e iniciaba su larga jornada en un sótano oscuro, triste y sucio. La falta de medidas de seguridad era alarmante, a juzgar por los accidentes que luego describió.

Tras siete años de duro trabajo tuvo que reconocer que su probabilidad de ser un rico industrial estaba cada vez más lejana. Sintiéndose fracasado, se desentendió del negocio y decidió dedicarse a escribir artículos, con lo que tampoco ganaría mucho, pero era una actividad más de su agrado. Hubo de soportar las burlas de sus contemporáneos, como en el caso del poeta Rubén Darío que, como alusión satírica a su anterior oficio, dijo en cierta ocasión: «Las novelas de Baroja tienen mucha miga».

Pío Baroja y Nessi (1872-1956) pertenece al grupo de escritores conocido como de la Generación del 98. Su amplia obra se caracteriza por la disconformidad social y la ideología anarquista de sus personajes.

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