Los usuarios ocasionales de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia son de los que más deben rascarse el bolsillo en España para coger el autobús.

Así lo refleja un estudio comparativo realizado por Facua-Consumidores en Acción en 38 ciudades, según el cual, Barcelona tiene el billete sencillo más caro a 2,15 euros, mientras que por detrás están Valencia, Madrid y Palma de Mallorca, con 1,50 euros. De esta forma, el billete de Valencia es, además, 27 céntimos más caro que la media nacional, situado en 1,23 euros.

Además, el billete sencillo ha registrado un incremento del 15,4% desde 2011, en plena crisis, año en que se hizo el último informe de Facua y en el que el billete valía 1,30 euros.

En cuanto al bonobús de 10 viajes con trasbordo, Valencia está en un nivel medio al salir el viaje a 0,80 euros (el bono vale 8 euros), mientras que la media española está en 0,79 euros. La ciudad con este título más cara es Madrid, donde el viaje sale a 1,83 euros. La más barata es Logroño con 0,53 euros el trayecto.

El bonobús de Valencia también ha sufrido un incremento del 15,1% desde 2011 (costaba 6,95 euros) y la EMT no ofrece la posibilidad de uno sin trasbordo a un precio más asequible, como sí hacen por ejemplo Sevilla o Madrid.

Por otra parte, el abono transporte mensual, dependiente de la Conselleria de Transportes, que ofrece viajes ilimitados en la EMT, metro, tranvía y en los buses metropolitanos es el quinto más caro de España con 45 euros, 6,66 euros por encima de la media nacional, tras Tarragona (45,70 euros), Girona (46,15 euros), Barcelona (52,75 euros) y Madrid (54,60 euros).

En cuanto a las bonificaciones, destacan las ayudas a familias numerosas, jubilados y pensionistas, pero no existe ningún descuento para los parados o personas en riesgo de exclusión.

Paula Momparler. Artista plástica, 27 años. «El precio del billete sencillo es desproporcionado. Si no es preciso intento no coger el autobús, prefiero ir andando a los sitios porque llego antes».

Gabriela Díez Saus. 28 años, guía turística. «Tanto el billete sencillo como el bonobús me parecen muy caros para el servicio que da la EMT. Las esperas en las paradas son un suplicio».