Celso Castro derriba con el amor las certezas adolescentes en 'Entre culebras y extraños'

  • Esta novela esta basa en un mundo de citas filosóficas y apego maternal.
  • "El narrador tiene un propósito de vida, pero con el amor, se derrumba su mundo".
  • "El futuro es agresivo, pero a esta edad (16 años) todavía tienes la lógica del niño: si no te apetece ir a trabajar, ¡pues no vayas!".
Celso Castro
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El escritor Celso Castro derriba con la llegada del amor las creencias de un joven adolescente, basadas en un mundo de citas filosóficas y apego maternal, en su nueva novela Entre culebras y extraños (Destino).

La muerte del padre del joven protagonista, de tan solo 16 años, supone el inicio de una historia en la que Sofía, su amiga de la infancia, cambiará una tierna amistad por un amor que trastocará sus vidas.

Persona extrovertida y lector empedernido de filosofía, el adolescente deberá convivir con su fragilidad física --enfermará de tuberculosis-- y con una problemática hermana, que parece aceptar peor que él la muerte del padre, quien en vida fue una figura exigente y desapegada.

Schopenhauer, Nieztsche, Kierkegaard... circulan por esta novela a través de citas que el protagonista enumera para agarrarse a las únicas certezas que han configurado su adolescencia. "El narrador tiene un propósito de vida, pero con el amor, se derrumba su mundo", ha explicado Castro.

"(...) qué filoso permite que su privilegiado intelecto se descomponga por una mujer, qué filósofo carece del dominio, de los recursos necesarios para analizar sus sentimientos y sobreponerse a sus correspondientes procesos emocionales, ¿eh?", se lamenta en un fragmento el joven adolescente de la novela.

El autor gallego descarta que este trabajo "caiga en la pedantería", puesto que las páginas están cargadas de "ironía". "Siempre hay un tono irónico, en las citas por ejemplo, con las que ni siquiera el narrador está siempre de acuerdo, o en los momentos dramáticos, o como cuando el protagonista se fija en los pies de un muerto", ha indicado.

El retrato de la adolescencia que trae Castro viene marcado por un miedo a la muerte y una desconexión con la realidad, aunque "a un paso del mundo de los adultos". "El futuro es agresivo, pero a esta edad todavía tienes la lógica del niño: si no te apetece ir a trabajar, ¡pues no vayas! Además, es la única época en la que puedes perder el tiempo solo mirando cosas o, a veces, sin pensar en nada: no hay más lujo que perder el tiempo", ha aseverado.

Sin mayúsculas

Castro continúa en Entre culebras y extraños con la línea de estilo iniciada en anteriores obras, presentada bajo el título de la 'trilogía del yo', denominación con la que el autor no está de acuerdo. "Es un término comercial, no me gusta. Prefiero ir por libre, con relatos en los que el autor está muy involucrado, en lugar de 'estar a un lado limándose las uñas' como diría Joyce", ha señalado.

No obstante, esa involucración del escritor no supone que su novela tenga elementos autobiográficos al uso. "La novela tiene que ser autobiográfica, pero no por el dato o el hecho, porque la verdad son sentimientos. Yo he sentido esas cosas, pero se tratan de emociones vividas", ha destacado.

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