El escritor Montero Glez ha revelado su poca afinidad hacia el cuerpo policial. "La policía y yo no nos llevamos muy bien", ha dicho durante la presentación de su libro Talco y bronce (Algaida).

Precisamente, la obra de Glez, ganadora del VIII Premio Logroño de Novela, es una radiografía de la Policía española de los años 80 y está basada en las aventuras de una banda de atracadores a la que pertenecía Santiago Corella, primer desaparecido de la democracia. "La banda estaba articulada por la misma policía, como se descubrió más tarde. La brigada Antiatracos de Madrid se dedicaba a organizar los atracos y luego a matar a los atracadores para quedarse con el botín", ha afirmado el escritor.

El autor ha descrito su libro como un intento por mostrar "la vergüenza de la época de la transición", cuya raíz no es "como la han contado". Además, ha comparado la situación policial de ese tiempo con la actual. "Es una paradoja que los policías antidisturbios sean precisamente los que provocan los disturbios cuando salen a reprimir a las personas que defienden el pan y la libertad", ha señalado.

Glez afirma que pese a los matices sociales que ha incluido en el libro, su enfoque es "una historia de amor entre un chico, apodado 'El chuqueli' y una chica, apodada 'La Malata'. El personaje de Corella aparece como secundario".

De acuerdo con Glez, en las últimas décadas la cultura se ha mercantilizado y se ha convertido en una mercancía. "Esto es peligroso. Se ha prostituido la palabra cultura. Se considera culto a quien se saca fotografías con una gran biblioteca detrás, cuando la cultura es conciencia crítica. No son datos, son valores. Prefiero un analfabeto a un ignorante", ha afirmado.

También ha criticado al movimiento actual de escritores españoles. "Mi generación no luchó, y por eso perdieron tantos derechos. La generación postdemocracia es cobarde. Se lo han regalado todo, no escriben nada y cierran puertas. Si no tienes continuidad, como sociedad estás muerto", ha señalado.