Álbum de vídeo-vigilancia con las caras del centenar de personas responsables de la crisis

  • En 'No has visto sus caras' el fotógrafo Daniel Mayrit cataloga un centenar de retratos de grandes 'capos' de la política, la banca, la industria y los mercados de valores.
  • La intención es que dejen de gozar de un 'confortable anonimato' y los ciudadados corporicen las facciones de quienes consideran responsables de la crisis.
  • Las fotos están tratadas para que parezcan tomadas por las cámaras de videovigilancia urbana y tengan 'un aire de autoridad incuestionable'.
Montaje de tres de las personas más poderosas de Londres tal como aparecen en el libro de Daniel Mayrit. Desde la izquierda, Stephen Hester, CEO de RSA; Ana Botín, CEO del Santader, y Alex Wilmot-Sitwell, presidente en Europa del Bank of America Merrill Lynch
Montaje de tres de las personas más poderosas de Londres tal como aparecen en el libro de Daniel Mayrit. Desde la izquierda, Stephen Hester, CEO de RSA; Ana Botín, CEO del Santader, y Alex Wilmot-Sitwell, presidente en Europa del Bank of America Merrill Lynch
© Daniel Mayrit
Montaje de tres de las personas más poderosas de Londres tal como aparecen en el libro de Daniel Mayrit. Desde la izquierda, Stephen Hester, CEO de RSA; Ana Botín, CEO del Santader, y Alex Wilmot-Sitwell, presidente en Europa del Bank of America Merrill Lynch

"Estas son las caras de las cien personas más poderosas de la ciudad de Londres. Siéntase libre de utilizarlas discrecionalmente". El enunciado condensa el espíritu y la intención de You Haven't Seen Their Faces (No has visto sus caras), un libro-fichero con retratos de grandes capos de la política, la banca, la industria y los mercados de valores quienes gozan de un "confortable anonimato", pese a que la mayoría de los ciudadanos les atribuimos la condición de grandes corresponsables de la crisis económica y social.

La idea la ha desarrollado el fotógrafo Daniel Mayrit (Madrid, 1985) a partir de una iniciativa de la Policía Metropolitana de Londres, ciudad en la estaba presente durante los revueltas de 2011, que comenzaron tras la muerte de un hombre negro, padre de cuatro hijos, en un enfrentamiento con agentes.Tras los disturbios el cuerpo policial distribuyó fotos tomadas de las grabaciones de cámaras de videovigilancia de supuestos alborotadores y no menos presuntos saqueadores de establecimientos comerciales.

Panfletos en buzones y una página en Flickr

La Policía pedían ayuda ciudadana para identificar a los jóvenes que aparecían en las imágenes —los 213 más buscados, se les llegó a llamar—. Todos eran meros sospechosos, es decir, no existía decisión judicial alguna que justificase la difusión de su caras, y en muchos casos se trataba a todas luces de menores de edad, cuya imagen e identidad están especialmente protegidas por las legislaciones de todos los países democráticos. La policía de la capital inglesa llegó a repartir panfletos en los buzones y abrió una página de Flickr, actualmente borrada, para difundir las capturas de vídeo.

"Imágenes de bajísima calidad, casi amateurs, eran provistas de una todopoderosa autoridad tanto por la tecnología utilizada para tomar las fotografías, como por la propia institución que las distribuía. Pero en realidad, ¿qué sabíamos acerca de esa gente retratada? Careciendo de contexto y explicación de los hechos, el espectador asumía de forma casi inconsciente, la culpabilidad de los sujetos por el simple hecho de haber sido pillados por una cámara de seguridad", dice Mayrit.

Los poderosos, en cámaras de vídeo-vigilancia

Como reacción a la discrecionalidad policial y al uso represivo y alegal de las imágenes de vídeo-vigilancia, el fotógrafo afrontó la confección de la serie  You Haven't Seen Their Faces, donde se apropia del "característico look" de las cámaras de control colocadas en espacios públicos para crear un fichero con los retratos de las cien personas más poderosas de Londres —se basó en el ranking de Square Mile—, individuos que con alta frecuencia —excepto en el caso de los políticos, más sometidos al escrutinio público— gozan de un anonimato casi absoluto.

Los individuos retratados "no se ajustan al estereotipo de las imágenes de videovigilancia": son políticos de alta responsabilidad, magnates financieros, lobos del mercados de valores y líderes de imperios industriales de una ciudad que es el epicentro de la macroeconomía europea.

Libro ensamblado con tornillos

En la serie de Mayrit —editada en libro de tirada limitada de 350 ejemplares por Riot Books [vídeo promocional] en un formato combativo: 101 páginas en papel kraft y ensambladas por tres tornillos—, los individuos "representan a un sector que en el imaginario colectivo es presuntamente percibido como altamente responsable de la actual situación económica, pero que sin embargo goza de un confortable anonimato", explica el fotógrafo, que el 14 de abril presenta la obra en Madrid —Galería Swinton and Grant, calle Miguel Servet, 21, 19 horas—, en un acto en el que intervendrán también la coeditora Verónica Fieiras y el fotógrafo Jon Uriarte.

Ana Botín está entre los 'sospechosos'

En el fichero del centenar de retratos de sospechosos —postproducidos para que sean visibles las líneas de las imágenes de vídeo, la baja definición del soporte y el corto espectro cromático típico— aparecen desde Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, hasta los directores ejecutivos de algunas de las corporaciones más poderosas de Europa y el mundo: Michael Sherwood, de Goldman Sachs International; Antony Jenkins, de Barclays; Antonio Horta-Osorio, de Lloyds; Daniel Pinto, de JP Morgan Chase, y la española Ana Botin, del holding Santander. Cada una de las fotos del libro tienen notas a mano sobre escándalos, sentencias judiciales desfavorables o polémicas en las que han intervenido los retratados y el dato pertinente del montante de sus salarios e ingresos netos anuales.

"De la misma manera que en el caso de los jóvenes retratados por la policía no podemos saber si son realmente criminales, tampoco aquí podemos asumir que estos individuos tengan en realidad ninguna relación directa con la actual crisis financiera y social", precisa Mayrit, que pretendió centrar la serie  en cómo "un determinado método de producción de imágenes llega a determinar la manera en que el espectador interpreta el contexto" que las rodea y "qué ocurre cuando las características de ese mismo medio son reproducidas precisamente a través de otros dudosos métodos de manipulación digital".

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