La de María Salmerón es una historia que parece no tener fin. Esta auxiliar de enfermería sevillana de 50 años se casó en 1999 y se separó en 2001 porque su marido la maltrataba. Y fue condenado por ello, pero nunca ha entrado en prisión. Ella, en cambio, tendría que haber ingresado en la cárcel el 6 de febrero para cumplir seis meses de pena por incumplir el régimen de visitas, a pesar de que su hija Miriam, ahora de 14 años, se ha negado siempre a ver a su padre en el punto de encuentro que estipuló el juez.

Este mismo miércoles, María ha recibido la noticia de que se han suspendido las visitas en dicho punto, tal y como ha confirmado a 20minutos.es. Pero su lucha continúa. Y es que María ha solicitado en el Congreso, junto a la diputada socialista Carmen Montón, el indulto para eludir la cárcel. El ministro de Justcia, Rafael Catalá, confirmó ayer que el Gobierno está tramitando dicho indulto y que tendrán "la máxima sesnsibilidad para poder encontrar las circunstancias que permitan el otorgamiento del indulto si así lo informa favorablemente el tribunal sancionador".

Si no se lo conceden...

Acabarían con la salud de mi hija. Los nervios le han provocado una enfermedad y me necesita, soy su único apoyo.

¿Y si se lo dan?

Será una gran alegría. Muchas mujeres me dicen que siga adelante y creo que mi granito de arena habré puesto.

¿Cómo se encuentra su hija?

Muy mal. Ha pasado más de la mitad de su vida metida en un punto de encuentro, cuando lo normal es que los niños vayan durante periodos cortos, tres o cuatro meses, un año como máximo. Ella empezó a ir a los 6 años. Entonces era muy pequeña y no decía nada, pero desde los 12 decía que no quería ir y que se negaba a entrar a ver a su padre.

¿Cómo son esos puntos de encuentro?

Están totalmente manipulados por los jueces y allí no saben nada de malos tratos a menores. Los niños hasta se hacen pis y se vomitan encima.

Defina lo que le ha pasado.

Es indecente. El maltratador, bien tratado por el sistema, y la maltratada, a prisión.

Lleva muchos años luchando. ¿Lo ha superado?

No, porque no me dejan olvidarme. Cada dos por tres tengo que ir al juzgado, me han quitado miles de euros para pagar multas y ahora también me quieren embargar el coche, que es mi herramienta de trabajo.

¿Quién la ha ayudado?

En el sistema, nadie nos ha ayudado en estos años. En mi trabajo sí me han apoyado y me aseguran que si voy a la cárcel, mantendré mi puesto.

A pesar de todo, su voz denota mucha fuerza.

Porque tengo mucha rabia.

¿Y tiene miedo?

Sí, a morir. No ando tranquila por la calle porque estoy convencida de que mi exmarido no va a parar hasta acabar conmigo.