Madrid aumenta un 5% las multas por botellón pese a no tener detectores de alcohol

  • La Policía Local puso 42.266 multas en 2014, un 5,4% más que en 2013.
  • El Consistorio no ha dotado a la Policía Local de los detectores de sustancias que prometió implantar en 2014 a petición de la Defesora del Pueblo.
  • El Área de Seguridad alega que no existe en el mercado un medidor que permita saber el grado de contenido alcohólico de las bebidas.
Dos agentes de la Policía Municipal de Madrid se dirigen a un grupo de jóvenes para instarles a abandonar el botellón.
Dos agentes de la Policía Municipal de Madrid se dirigen a un grupo de jóvenes para instarles a abandonar el botellón.
Ayuntamiento de Madrid
Dos agentes de la Policía Municipal de Madrid se dirigen a un grupo de jóvenes para instarles a abandonar el botellón.

El Ayuntamiento de Madrid aumenta la persecución del botellón, pese a ser incapaz de demostrar que lo que jóvenes y adultos beben en las calles de la ciudad es alcohol. En 2014, la Policía Local impuso 42.266 multas por botellón, un 5% más que en el ejercicio anterior, y lo hizo con el mismo método que la Defensora del Pueblo censuró hace dos años: a falta de pruebas, los agentes se guían por el olfato para 'decretar' que la sustancia tiene un alto contenido etílico. Si apesta, es lo que parece.

Hace dos años, y ante el número de quejas recibidas, la institución que preside Soledad Becerril (PP) sugirió al Consistorio la adopción de "un sistema válido de comprobación del contenido"de vasos, minis y botellas. El objetivo era "documentar adecuadamente la actuación sancionadora y confirmar que se está incurriendo en la conducta tipificada por la ley".

El Ayuntamiento aceptó la recomendación y sondeó el mercado, comprometiéndose a dotar a la Policía Local de detectores, como explicó el entonces coordinador general de Seguridad, Emilio García. Hoy, sin embargo, los agentes siguen trabajando con las manos vacías y en base a su "mera percepción sensorial". Para encontrar el alcohol pueden utilizar sus sentidos, salvo el gusto, según reza una circular interna del cuerpo. Los aparatos no han llegado, de forma que los medios para multar se reducen al boletín de denuncias, un bolígrafo y su propia nariz.

Esta forma de actuar provoca que muchos de los expedientes sean recurridos, aunque el Consistorio no revela cuántos. La Defensora se lo advirtió al Ayuntamiento en 2013 y ha tenido que hacerlo de nuevo en su último informe, que se hizo público hace una semana. "El hecho de que se sigan recibiendo quejas durante el año 2014 apunta a que no se está aplicando, pues los ciudadanos ponen de manifiesto que se denuncia sin realizar ningún tipo de comprobación in situ".

No hay tecnología

El Área de Seguridad justifica la falta de detectores por la inexistencia de tecnología adecuada en el mercado. "Una cerveza 'sin' tiene 0,9 grados de alcohol. Las multas son a partir de ese límite, pero no hay un aparato de mano con las características que necesitamos capaz de medir el grado de una bebida. De usar los que hay disponibles, prevaricaríamos, porque sabríamos si lo que contiene una botella es alcohol, pero no cuánto ni si es suficiente para multar", detalló un portavoz.

El Ayuntamiento asegura que ha instado a los fabricantes especializados a que desarrollen un dispositivo ajustado a sus necesidades, pero admite que la solución no está cerca. Hasta entonces, la Policía Local seguirá utilizando los mismos métodos, aunque contravengan las disposiciones del Defensor del Pueblo, que, por otra parte, carece de poder ejecutivo o sancionador para hacer cumplir sus resoluciones.

Procedimiento irregular

El informe de la Defensora recoge otra anomalía respecto al botellón. Por segundo año, advierte de que los policías "solo identifican al presunto infractor, sin comunicarle que va a ser denunciado, ni entregarle copia del acta de denuncia". Al saltarse este paso, los agentes impiden ejercer del derecho a reclamar o a presentar alegaciones, lo que deja al acusado en situación de "indefensión" y sin posibilidad de acogerse a la reducción del 40% del importe de la multa si se reconoce como autor de la infracción.

Esta irregularidad no es baladí, toda vez que la ley autonómica 5/2002 contempla multas de hasta 600 euros para las personas que consuman alcohol en la vía pública y hasta 500 euros si es un menor de edad.

Además, la Policía Local ha incrementado la lucha contra el botellón, lo que se traduce en más expedientes.

El número de denuncias impuestas en 2014 fue de 42.266, 2.166 más que las 40.100 de 2013. El aumento se debe, según fuentes municipales, al control del botellón en la periferia, a donde los bebedores se habían trasladado debido a la presión ejercida por las patrullas en el centro de la ciudad.

Solo en el primer semestre del año pasado, las actuaciones policiales contra este fenómeno sufrieron aumentos del 450% en el distrito Hortaleza (de 26 a 176), del 358% en Fuencarral (de 87 a 399) o del 205% en Latina (de 263 a 803).

Además de Moncloa, Argüelles, Malasaña, La Latina o Azca, la Policía se esmera ahora en patrullar por los parques de las calles de Payaso Fofó, Campo de la Paloma y Palomeras (Vallecas), el Parque Norte de Fuencarral, Pradolongo y Orcasitas (en Usera), Parque de Comillas (Carabanchel), Dehesa Boyal de San Cristóbal (Villaverde), Avenida de Logroño (Barajas) y la Cuña Verde (Moratalaz).

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