(Risas) No, qué va, estaba todavía en la sobremesa.

Mariano Mariano... ¿Por qué se puso eso?

Fue una cuestión de pasta. Estaba haciendo unos afiches (carteles) para un espectáculo y me preguntaron qué nombre quería poner. Y les dije que Mariano. Les pareció corto y me dijeron: «Mariano ¿qué más?». Y yo respondí: «Mariano, Mariano».

¿Dos veces?

Quería recalcar que sólo quería ese nombre, y ellos lo pusieron dos veces. O perdía las 70.000 pelas de la impresión y hacía carteles nuevos o me quedaba con el nombre...

¿Cómo acabó en Crónicas marcianas?

Me fichó Sardá. Yo actuaba en un local al que él había ido a ver a otro artista, me vio y me dijo que me fuera con él a La ventana. Y allí nos fuimos (risas).

¿No le resulta difícil hacer de jurado de bailes de salón?

No, porque todo viene en los libros. Aunque en España es tradición hablar y luego documentarse (risas), yo me documenté muy bien para saber apreciar los bailes. Además, en el jurado hay verdaderos expertos de los que aprendo mucho.

¿Por qué torturan así a los famosos?

No es tortura, es entrenamiento (risas). En realidad son unos verdaderos héroes. Ellos viven de su imagen y la arriesgan en un concurso para favorecer a las ONG a las que apoyan.

¿No es usted un poco blando puntuando?

Las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno (risas). Por la calle unos me dicen que soy blando, y otros que soy duro.

Además de humorista es cantante y músico...

Sí, tengo un disco que se llama Mi barrio y el año pasado en el Festival de Jazz de Valladolid actué con BB King. Fue un orgullo. En realidad yo vengo de la música, lo que pasa es que el humor se fue comiendo todo lo demás.

Espero que triunfemos en Eurovisión con esto del baile, porque cantando...

El nivel internacional es muy alto y a lo mejor en España tenemos menos tradición, aunque gracias al programa, el baile está más en la calle. La gente se da cuenta de que cualquiera puede bailar. En cualquier caso, los bailarines que tenemos son muy buenos y la pareja que vaya hará un gran papel.

Bio

Nació en Badajoz hace 50 años y lleva desde «los veintitantos» en el mundo de la comunicación y el humor.