David Hlynsky muestra fotos de la diversidad de los escaparates comerciales de la antigua URSS

  • De 1986 a 1990, el fotógrafo estadounidense de familia del Este de Europa hizo más de 8.000 fotografías para mostrar el final del bloque comunista.
  • Reunió una amplia colección de imágenes de escaparates de todo tipo de comercios al por menor: panaderías, carnicerías, zapaterías, tiendas de ropa...
  • Son un código de una forma distinta de vida y revelan un comportamiento publicitario menos agresivo y adocenante, más neutral y con toques personales.
Tres barras de pan en una panadería de Cracovia (Polonia) fotografiada en 1988 por David Hlynsky
Tres barras de pan en una panadería de Cracovia (Polonia) fotografiada en 1988 por David Hlynsky
Photograph by © David Hlynsky - 'Window-Shopping Through the Iron Curtain' by David Hlynsky is published by Thames & Hudson
Tres barras de pan en una panadería de Cracovia (Polonia) fotografiada en 1988 por David Hlynsky

Los escaparates de los comercios han alcanzado a estas alturas la condición nada envidiable y, sobre todo, aburridísima, de la infinita repetición. Con ellos funciona el tópico: visto uno, vistos todos. Nada hay de novedad en el mensaje que transmiten y el modo en que lo transmiten. A no ser que hablemos de países en vías de desarrollo o sometidos a dictaduras políticas o presiones económicas y bélicas, las zonas de exposición que las tiendas emplean para mostrar sus poderes e intentar cazarnos como clientes son tan parecidas que podrían ser intercambiables.

En el libro Window-Shopping Through the Iron Curtain (Mirando escaparates en el Telón de Acero), el fotógrafo David Hlynsky (1947) muestra imágenes de un tiempo y un lugar en los que recorrer los comercios no era, como hoy, adocenante. El volumen compendia una selección de fotos tomadas durante los últimos años del sistema comunista en varios países del bloque de la URSS. Son visiones frontales de escaparates que muestran una forma distinta de vida y una manera de vender menos adocenante, "más neutral", "menos pretenciosa" y ajena a los dictados de la "luz y la seducción", dice el autor.

'Descodificar el lenguaje de las calles'

Entre 1986 y 1990, Hlynsky, nacido y residente en los EE UU pero con ancestros originarios de zonas distintas del Este de Europa, viajó por Polonia, Alemania del Este, Yugoslavia, Bulgaria, la URSS, Rumanía, Checoslovaquia, Hungría... Quería "descodificar" el "lenguaje de las calles" de una sociedad que estaba a punto de sucumbir y ser engullida por la supuesta "utopía occidental". Tenía la impresión de que quizá los fotógrafos locales, fascinados por la potencia de los cambios políticos, económicos y sociales del "dramático momento histórico", dejarían de lado los pequeños elementos de una forma de vivir que estaba condenada a desvanecerse.

Reunió 8.000 fotos, todas tomadas con una Hasselblad de medio formato, entre ellas una colección de medio millar de imágenes  a color de escaparates. Casi 200 aparecen en el libro, que publica ahora Thames & Hudson [208 páginas y un PVP de 14,95 libras esterlinas]. Los editores definen la obra como "una ventana mágica para entrar en un mundo que se derrumbó hace 25 años cuando cayó el Muro y los valores de Walmart empezaron a ascender".

Tres barras de pan, ningún rótulo

En una de las fotografías, tres barras de pan son exhibidas en una panadería de Cracovia (Polonia) en la que no hay ningún otro ornamento, ni siquiera un rótulo. En otra, un dibujo simple y minimalista de un jamón adorna una carnicería de Moscú. En una tercera, un jarrón con flores hace que resalte un minúsculo par de zapatos en la vitrina de una tienda de calzado... Ese es el espíritu general de los escaparates —casi vacíos pero efectivos, sencillos pero dignos— que Hlynsky muestra sin aspavientos, con una sobriedad directa.

Para hablar de la temática de la serie, a Hlynsky le gusta emplear el término "banalidad", que despoja de su acepción peyorativa. "En el paisaje de una ciudad sin seducción comercial, la banalidad lo era todo. Al principio empecé a hacer fotos de peatones, pero luego decidí documentar los escaparates de las tiendas. Me pareció que marcaban la verdadera diferencia entre el Este y el Oeste. Sin la estridencia y las campañas publicitarias de los comercios occidentales, aquellas calles eran más neutrales..., escapaban de la estafa y la falsificación", dice el fotógrafo.

'No tenían pretensiones'

En Window-Shopping Through the Iron Curtain aparece un amplio muestrario de vitrinas de tiendas al detall dedicadas a la venta de productos tan variopintos como la actividad comercial: uniformes militares, ropa infantil, detergentes, productos de maquillaje... La forma de presentación es naíf e inocente, aunque en ocasiones, como en un bellísmo panel anunciando un pintalabios, asoman rasgos del depurado diseño gráfico del constructivismo soviético.

"No tenían pretensiones y eran tan inocentes que parecían irónicas, pero también contenían un inventario de las más notables necesidades humanas", dice el fotógrafo, para quien aquellos escaparates eran "lo opuesto a la bancarrota". Cuando un panadero mostraba ante una doméstica cortina de encaje los tres tipos de barra que despachaba, añade Hlynsky, "no está hablando de racionamiento y pobreza, sino mostrando con orgullo el producto que elaboraba y vendía".

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