Un "papel que no llegó a tiempo" (en concreto, el visado de trabajo) ha hecho que las bandas españolas Amistades Peligrosas y Ella baila sola vieran peligrar los conciertos que tenían previsto ofrecer estos días para la cadena hotelera Enjoy en Chile, según informaba este miércoles su representante. El incidente, que les obligará a pagar una multa y que hizo que la policía se personara al final de una de sus actuaciones para tomarles declaración, ha creado un gran revuelo en los medios, algunos de los cuales aseguraban que los miembros de ambas agrupaciones habían sido arrestados y que se les había retirado la documentación (algo que luego desmintieron los afectados).

Fernando Madina, de Reincidentes, permaneció 72 horas incomunicado en Miami No es la primera vez que un artista español sufre un revés en sus viajes internacionales de trabajo. En diciembre de 2013, Fernando Madina, vocalista de Reincidentes, fue detenido en el aeropuerto de Miami cuando se disponía a tomar un vuelo a Quito (Ecuador), donde se les esperaba para participar en el XVIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Las autoridades alegaron entonces "razones de seguridad" por el "estado de embriaguez" del cantante.  El rockero permaneció más de 72 horas incomunicado antes de ser finalmente puesto en libertad sin cargos. "EE UU es un país que nace del miedo, que se desarrolla con miedo y que vive con miedo. Ese concepto del mundo, ese concepto de la autodefensa les lleva a una paranoia colectiva... Y si te terminan deteniendo eres, con seguridad, una escoria", declararía después el artista, que denunció trato vejatorio.

Tampoco el bailarín Antonio Canales olvidará nunca su paso el 8 de septiembre de 2000 por Estados Unidos. El sevillano hacía escala en Nueva York para dirigirse a Venecia, que esos días celebraba la Mostra de Venecia en la que se proyectaría la película que protagonizaba, Vengo.  Sin embargo, nunca llegó al festival. Acusado de no tener visado, pasó la noche en un calabozo del JFK, atado con grilletes a otros detenidos, según relató después Canales, que interpuso una denuncia contra el Departamento de Inmigración de Estados Unidos.

Por su parte, el cantaor Pitingo se quedó sin pisar Nueva York y sin debutar en el Grand Ballroom del Manhattan Center en abril de 2012, donde colgaba el cartel de "entradas agotadas", por un error que incluyó su nombre en la lista negra No fly, un registro creador por el Centro de Monitorización de Terroristas (TSC) del Gobierno de EE UU.

Algo muy similar había ocurrido poco antes con José Herrero, el pianista que acompañaba a Mónica Naranjo a un concierto en la Gran Manzana. La coincidencia de su nombre con el de un terrorista en busca y captura hizo que ni la catalana ni el músico pudieran asistir a su cita con el público estadounidense.

Más virtual y dramática fue la experiencia vivida por el cuarteto Delorean en México en 2013. Los jóvenes fueron víctimas de un secuestro virtual que les obligó, mediante amenazas telefónicas, a permanecer incomunicados en unas habitaciones de hotel mientras los agresores reclamaban  un rescate a sus familias (finalmente, fueron liberados por el Cuerpo Nacional de la Policía).