La guerra contra los árbitros de la Liga española se ha declarado oficialmente. La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha denunciado ante el Comité de Competición la postura de los colegiados en la redacción de las actas para que determine si es constitutivo de sanción.

Los colegiados están molestos con Competición tras haberle quitado hace varias semanas una tarjeta amarilla a Beckham por pérdida de tiempo, al estimar que no se produjo tal hecho, y por rearbitrar o cambiar parte de sus decisiones con las cartulinas durante los fines de semana.

También caldeó el ambiente la retirada de una roja a Luccin por insultar varias veces al árbitro. Se vio sólo como una desconsideración y no un insulto.

En una reunión el pasado 11 de mayo los trencillas de Primera y Segunda acordaron cambiar la forma de redactar sus actas, como forma de protesta.

Por eso, en las dos últimas jornadas ligueras muchas amarillas han sido señaladas en las actas arbitrales sin muchos detalles. 47 amarillas han sido redactadas así en la última jornada.

De ahí que todas ellas se tengan que retirar. Al menos es lo que entiende la Liga y que esas actas pueden "ocultar información vital" e "impedir que Competición pueda aplicar las sanciones".

Las suspensiones pueden ser de varios meses