Realizada por varios especialistas a lo largo de un año y medio, la selección condensa el sentido original del dibujo. A pesar de las grandes diferencias de estilo, técnica, medio y función que separan los trabajos, la pinacoteca se ha marcado el objetivo de revelar "el arte del dibujo en su forma más pura".

En el museo Kunsthaus Zürich (en Zúrich, Suiza) se jactan de no tener una colección iniciada por "príncipes, académicos ni bibliotecas", sino por "artistas aficionados y autodidactas" que se unieron en 1787 para crear una sociedad. El catálogo creció pronto: la asociación tenía un archivo propio que los miembros del club se encargaban de alimentar. En 1915, se hizo por primera vez un inventario de los trabajos sobre papel, que se dieron a conocer en catálogos y muestras. El centro no ha dejado de ampliar sus fondos desde entonces.

Para celebrar los 100 años que cumple el arranque oficial de la colección, la pinacoteca elige los mejores grabados y dibujos de los que es dueña y los exhibe hasta el 19 de abril en Meisterzeichnungen (Dibujos maestros), una selección de 120 obras datadas entre los siglos XVI y XXI y creadas por algunos de los más importantes maestros de la historia del arte.

Elegir no ha sido fácil considerando que son 37.000 dibujos. Los organizadores de la exposición-aniversario han razonado sus decisiones escogiendo entre los "más representativos y más sorprendentes" con creaciones de Durero, Rafael, Géricault, Turner, Cézanne, Van Gogh, Picasso, Max Ernst, Giacometti, Cy Twombly, Hans Richter...

Los experimentos con el color que dieron carácter al barroco tardío, ilustraciones de elementos arquitectónicos en depurados trampantojos, retratos a carboncillo que parecen abandonar las dos dimensiones... Del tamaño de un espejo de bolsillo o de 2 x 6 metros, los trabajos construyen un mosaico que afianza el dibujo como un medio expresivo y versátil.