Un equipo de reporteros atraviesa un camino frecuentado por las guerrillas en Goma (República Democrática del Congo) para mostrar las duras condiciones en las que adultos y niños trabajan en las minas de coltán. Para llegar a su destino, los viajeros pagan mordidas, superan controles ilegales y rescatan varias veces su vehículo del barro. La tensión se adereza con una música propia de thriller y los mensajes en off: "Esta es una de las zonas más peligrosas del planeta", "Nos hemos quedado atascados y a medida que pasa el día, estamos más expuestos" "Somos el blanco perfecto de los sanguinarios cazadores de minerales".

La voz es la del periodista Jalis de la Serna, protagonista de gran parte de los documentales que componen el programa En tierra hostil (Antena 3, martes, 22.40 horas). Un proyecto que, la semana pasada, en su estreno, logró la hazaña de congregar a 3,2 millones de espectadores con un formato que no es ni ficción ni entretenimiento. "La realidad interesa al espectador. Si antes no teníamos esa impresión es porque faltaba oferta en horario de máxima audiencia", opina De la Serna.

La radiografía que En tierra hostil hace  de las zonas más calientes y atroces del planeta a lo largo de diez reportajes posee un reconocible sabor a road movie. Y suspense. "No son documentales al uso. Hemos adoptado elementos de ficción, como la música o el ritmo de edición. Y el interés va en crescendo", admite el periodista.

Eso no quita, sin embargo, para que la base del proyecto sea "realidad pura y dura". Ni interfiere en el objetivo principal, que es el de demostrar que los conflictos que se suceden en países lejanos nos afectan de una forma directa: "El mundo en el que vivimos está globalizado e interconectado en todo, menos en derechos humanos", se lamenta De la Serna.

A lo largo de la grabación del espacio, el equipo atravesó numerosas situaciones peligrosas. La peor, tal vez, su estancia en Ucrania justo cuando estalló el último conflicto bélico en el este del país. "Estábamos en Donetsk y nos pilló un enfrentamiento en plena calle, un tiroteo. Ahí no te queda más que pegarte a una pared y esperar a que pasen las balas", relata el reportero.

La palabra miedo, sin embargo, no figura en su vocabulario: "El miedo puede estar más o menos controlado. El problema es decidir hasta dónde te arriesgas, hasta dónde llegas y cuándo paras".

"Hay gente que prefiere trabajar en un despacho. Yo en un despacho me moriría", concluye.

En la entrega de este martes, Jalis de la Serna y su equipo viajan a Castillejos (Marruecos) para localizar a una madre española que ha conseguido regresar de un campamento islamista en Siria. También muestra la facilidad con la que se reclutan jóvenes combatientes para la Yihad en el barrio ceutí de El Príncipe (algunos de esos jóvenes incluso declaran abiertamente ante las cámaras su deseo de luchar "con los hermanos musulmanes" para servir a Alá).

"Parece algo que ocurre en lugares remotos pero sucede a solo 12 kilómetros de la costa de Cádiz. Los encargos de la captación se acercan a jóvenes con un alto grado de frustración y poca capacidad para encontrar trabajo. La recompensa que les ofrecen es un paraíso donde les esperan 72 vírgenes. Son muchachos con pocas oportunidaes pero eligen la peor salida", reflexiona De la Serna.

Jalis de la Serna nació en 1974. Aunque sus comienzos como periodista fueron en la prensa escrita —diario AS—, su trayectoria profesional está más ligada a la televisión. Tras pasar por Siete lunas (Canal Sur) y Mi cámara y yo (Telemadrid), se convirtió en uno de los reporteros más conocidos de Callejeros (Cuatro). En 2013 dirigió y presentó de la serie de reportajes inéditos Encarcelados, que se emitió con éxito en el prime time de La Sexta. Ahora presenta En Tierra Hostil en Antena 3.