Un urbanismo se llama manzana a la unidad de medida básica que surge de la unión de la masa urbana y el tránsito vehicular. Barcelona lleva ya años intentando mejorar la calidad de vida urbana a través de la 'supermanzana'. Realizadas ya varias, ahora quieren dar forma a la manzana eficiente más sostenible de España.

Básicamente se trata de reordenar la ciudad con un nueva célula urbana: menos que un barrio más que una manzana. Se intenta liberar espacio público en favor de las actividades de estancia y de relación de los peatones. Las calles interiores, cerradas al tráfico de paso, son calles de baja intensidad de circulación, mientras que las calles que delimitan las 'supermanzanas' son las que soportan la mayor parte de desplazamientos.

Las 'supermanzanas' pretenden, además de esa liberación de espacio público, disminuir el número de aparcamientos en superficie y potenciar el uso del transporte público. Barcelona quiere experimentar el proyecto en cinco zonas de la ciudad. De hecho, ya han tomado forma varias 'supermanzanas' en el distrito de Gràcia.

Ahora la Generalitat, en colaboración con el Ayuntamiento de la Ciudad Condal, ha abierto un concurso de ideas entre profesionales de la rehabilitación de edificios para que proyecten "la manzana eficiente más innovadora, social y sostenible de España" en el área de 27 edificios y 700 vecinos enclavada en las calles Gran Via, Viladomat, Diputació y Calàbria.

El plazo para la presentación de los proyectos expira el 25 de marzo, tras lo cual un jurado emitirá un veredicto. Después pasará una segunda criba de los vecinos de la isla que contiene 22 edificios de viviendas –el resto son 2 edificios de Generalitat y Ayuntamiento, una residencia de día para ancianos, un hotel y un edificio de oficinas privado–.

De los cinco edificios que no son de viviendas, los de titularidad pública ya están implicados y el Ayuntamiento y la Generalitat trabajan para convencer a los privados de lo importante de su colaboración. Tras hacer un estudio, se estima que el proyecto –que cuenta con la colaboración del Col·legi d'Administradors de Finques de Barcelona– en esta manzana puede generar un ahorro energético del 70%.

El 50% de la ejecución del proyecto correrá a cargo del consistorio y la mitad restante tendrá que abonarlo el propietario, por lo que los organizadores trabajan para convencer a los vecinos de los beneficios del uso y la modificación eficiente de los edificios. El proyecto trata de modificar los hábitos la forma de pago para evitar que, al acometer una rehabilitación, se tenga que hacer frente a una derrama por el total del importe, por lo que se solicitará a los concursantes que ofrezcan soluciones en la vía de la financiación.

Además, el Ayuntamiento ayudará en la negociación con los propietarios para implementar el proyecto, que deberá contener propuestas de gobernanza con la comunidad de vecinos como un sistema de coordinación, un modelo de participación y de replicabilidad, ya que lo que se pretende es demostrar, a través de la experiencia de los propietarios, los beneficios de la eficiencia en la vivienda para aplicarla en otros edificios de la ciudad.

Además de las de Barcelona, las 'supermanzanas' van a ser una realidad en varias ciudades españolas, como Vitoria, A Coruña, Ferrol, Viladecans y El Prat.