Más tarde, hacia mediodía, se dejaron caer por allí Rafael Simancas y Miguel Sebastián, con parpusa y pañuelo. Algún vecino no pudo resistirse y exclamó: «¡Simancas, regálame un abono joven que hoy es tu cumpleaños!».

A media mañana llegaron también los candidatos de IU, Inés Sabanés y Ángel Pérez, ambos sin traje típico. Éste último se declaró ateo, pero dispuesto a «ir de rodillas de Marqués de Vadillo a la pradera» si San Isidro es capaz de mejorar Madrid.

Aguirre armó un revuelo

La que llegó la última fue también la que armó más revuelo. Esperanza Aguirre cumplió «un sueño de hace mucho» y se presentó vestida de chulapona con un vestido azul y naranja, los colores corporativos del PP.

Los antiparquímetros intentaron aguarle la fiesta siguiéndola con los muñecos zancudos Vampirón y Espe-culación y coreando proclamas contra la Comunidad.

La opinión de los ‘castizos’

Isabel Sibaja, 63 años. «Es vergonzoso que escojan San Isidro para publicitarse». Soy madrileña, nacida en Cuatro Caminos, y llevo viniendo a la pradera toda la vida. Esto de los políticos no me parece oportuno, bastante ruido meten ya el resto del año.

Eduardo Gracia, 74 años. «No me gustan los políticos, pero están a lo suyo y no molestan». Vengo con mi mujer cada año, ¡y eso que llevamos 50 casados! Lo de la campaña por las elecciones me parece normal, aunque tampoco es que me guste.

Virginia Ribeiro, 30 años. «Me parece bien que los políticos vengan por aquí». Soy de Río de Janeiro, aunque éste es mi cuarto año en España. Es mi primer San Isidro. He venido sobre todo por mi padre. No me importa ver a los políticos en campaña.